viernes, 28 de julio de 2017

LABORDETA HA VUELTO A JORCAS




 Gonzalo Tena Gómez*

Que sí, que sí, nada de sensacionalismos, que la prensa amarilla no nos va. Fue el 22 de julio. Entró en la villa por el mismo camino por donde sorpresivamente se presentó en 1975 –se le esperaba por la otra entrada-, año de su primera visita, acompañado del añorado Luis Vicente Ariño.  A partir de entonces su presencia y su voz se regularizaron en el pueblo durante unos cuantos agostos. Así pues, reavivando el recuerdo de los presentes, su espíritu, ora socarrón, ora triste y hermosamente meláncolico, irrumpió en el Paseo que, a partir de este día, llevará su nombre. Así lo atestigua la placa de cerámica turolense, descubierta intermitentemente por un vientecillo juguetón y reconfortante y, definitivamente, por Juana de Grandes, acompañada de Paula Labordeta, dos grandes afectos de nuestro querido polifacético personaje, presentadas por el alcalde, Román Izquierdo. Desplazada la cortinilla cuatribarrada, Juana dirigió a la asistencia unas emotivas palabras de agradecimiento, explicó las circunstancias que hicieron llegar a José Antonio a Jorcas por primera vez y certificó su regreso.
En el nuevo (y a falta de lucir las fachadas) Salón Multiusos se exhibía por primera vez en Teruel los paneles de una exposición itinerante que refleja completamente la vida y obra de Labordeta. Allí nos dirigimos. Magnífica. Inevitables comentarios.
Unas cervecicas y charradeta -que se prolongaría en la sobremesa- en El Horno, reconvertido en bar comunitario: el paisaje, la educación, el Parque Cultural del Chopo Cabecero, la recuperación de los dances, el papel del empresariado en la provincia…
La agradable comida grupal, en los Multiservicios de Aguilar (parece que se va imponiendo este modelo), fue elaborada con gusto  por “contraemigrantes”: de Almazora (Castellón) a Aguilar del Alfambra. El Teruel interior también es receptor de población.
Último plato fuerte de la jornada, con el vistoso decorado arquitectónico de la iglesia: la presentación del libro Paisajes queridos, transcripción de cinco cuentos breves inéditos, mecanografiados e ilustrados en tinta roja por el autor, escritos entre 1961 y 62 y contenidos en una carpeta azul rescatada de un cajón después de múltiples mudanzas. Esta obra ha sido publicada recientemente por la Fundación José Antonio Labordeta y reseñada por Ian Gibson en el diario El País. Su “estilo telegráfico”  revela la ternura por unos personajes constreñidos por un destino ligado al paisaje en el ambiente opresivo de la posguerra. El prólogo y la edición son del especialista Antonio Pérez Lasheras, interviniente en la presentación junto a Lucía Pérez y la propia Juana de Grandes, antigua profesora de latín y griego en el Instituto de Teruel.
Y como que Labordeta no podía reaparecer sin un  disco nuevo, pues en la mesa estaba, al alcance de todos los bolsillos, En el jardín de la memoria, diecinueve canciones comentadas también inéditas, recopiladas  de sus conciertos, desde el de Suecia en 1969 hasta 2007. Todas ellas curiosas e interesantes, entre las cuales, una encendida elegía a Ernesto Che Guevara (“Che”).
Tras recibir el regalo de un cartel con las pinturas de Fernando Peiró, para las cuales Labordeta compuso sendos poemas, Juana –qué gran persona- se dispuso amablemente, manos a la obra, a dedicar y firmar libros a quienes tuvimos la suerte de asistir al acto, en familia, eso sí, numerosa, de la que formó parte Ricard Pérez Casado, ex alcalde cultísimo de Valencia.
Y el encuentro de personas ligadas a la cultura turolense como Agustí Feliu, Gaspar Izquierdo, Clemente Alonso, Chabier de Jaime, Juanjo Martín, Toni Losantos, Mª Luisa Perruca, etc., se fue diluyendo como la luz del atardecer.

* Colectivo Sollavientos


Dijeron que habías muerto
¡rediós qué contrariedad!
Los fusiles te mataron,
tu vida, no tu verdad.
Esto canta Labordeta en el nuevo disco con canciones inéditas, en la canción "Che"




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