lunes, 15 de junio de 2020

“Querer es poder“ RECARTOGRAFÍAS Y EL MAS BLANCO






Como siempre, los dichos populares son savia de sabios y dan para filosofar. Encierran una declaración de principios en escasas palabras. Los párrafos siguientes no son más que una demostración de lo que llevan dentro esas cuatro palabras: la filosofía aplicada hecha realidad visual, “esas pequeñas cosas” que sugería Alberti.

En su página web, Recartografías se define: Es una Asociación de investigación-acción iniciada hace algunos años por profesores del Departamento de Geografía de la Universitat de València cuyo objeto de interés es el problema de la despoblación del medio rural. En ésa línea, desarrolla su actividad tanto desde el propio Departamento universitario como en el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local de la Universitat  y en el barrio del Mas Blanco de San Agustín. La metodología: Proyecto, investigación, contacto con la población, implicación-integración con el medio y sus habitantes, acción o aplicación directa, constancia y continuidad del proyecto.

Tras firmar un convenio de custodia del territorio con el ayuntamiento de San Agustín (Teruel) para actuar en los edificios públicos del “barrio” Mas Blanco, empezaron a trabajar desplazándose desde Valencia los fines de semana. Entonces, sus últimos autóctonos, muy mayores, terminaban de marcharse a destinos urbanos, pero Mas Blanco no estaba vacío porque dos años antes se había instalado allí una pareja inglesa y los últimos pobladores acudían con frecuencia desde la ciudad. El periodo de transición sirvió para transmitir recuerdos e intercambiar saberes tejiendo una red de entendimiento, mutua valoración, respeto y aprendizajes prácticos intergeneracionales.

Quizá al principio, los vecinos de San Agustín y aledaños, viendo a aquellos “jóvenes de ciudad”restaurar la arquitectura de esas “pobres paredes que no valían nada”, los tildaron de locos viendo cómo, para reconstruir artesanalmente la Escuela pública y el horno comunal, -respetando “sus afueras” y “adentros”-, preguntaban a albañiles “de antes” mezclas y técnicas tradicionales porque actualmente, las paredes ya no se hacían así. Pero a su vez, esos vecinos les oían contestar explicando, entre otras cosas, cómo aquellas construcciones, que recogían el ingenio, esfuerzo y sacrificio de sus padres para conseguir servicios imprescindibles y el derecho a una escolarización, eran su Patrimonio Cultural, monumentos tan respetables como una catedral, más que un palacio. Eran la historia de los trabajadores: su historia y la memoria para los descendientes futuros de Mas Blanco. A buen seguro, ante respuestas tan incuestionables, todos cabeceaban y quizá empezaron a mirar su casa y verse ellos mismos de otro modo, reconociendo y entendiendo su aportación histórica al Patrimonio Cultural socialmente compartido y su responsabilidad en la conservación.

Verdad es que “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”, pero no son magia, son trabajo de mil modos, todos de la mano igual de necesarios. Recartografías siguió al pie de la letra ese principio y utilizando los progresos tecnológicos “trajo la luz eléctrica” al Mas Blanco demostrando que con la energía solar hoy no es necesario depender de las grandes compañías. Mientras tanto utilizaban el agua del aljibe local para trabajar. Y todos comprobaron que el sentido común nunca pasa de moda, que es un nexo de unión sin fronteras de edad ni profesión y eso que ahora llaman “sostenibilidad”consiste en cuidar y mantener las construcciones y sistemas tradicionales de uso privado y colectivo, testimonio básico del ingenio y economía para la supervivencia, no en destruir lo existente.

Ese mismo aprendizaje han ido trasladándolo día a día a los grupos de alumnos, nacionales e internacionales, que periódicamente iban sumándose a la experiencia hasta completar la restauración de los primeros edificios: El horno y la Escuela pública. Cada logro era comunicado a los antiguos habitantes del lugar, compartido y celebrado por quienes iban viendo como, igual que hicieron sus padres y ellos años atrás, el trabajo lento pero constante de unos jóvenes ya no forasteros, hacía resurgir el sitio de sus infancias, ponía su X en el mapa y el nombre de Mas Blanco empezaba a ser ejemplo en los medios de comunicación. Paso a paso, con la constancia de años tota pedra fa paret.

Ha sido, era y es algo realmente barato y rentable para el Ayuntamiento de San Agustín, un proyecto que se autofinancia mediante el trabajo colaborativo voluntario, la venta de publicaciones de Luis del Romero y su equipo, de camisetas y otros útiles en la paraeta anual de la Fira Alternativa de València, o los cursos y Seminarios de Formación en la Universidad valenciana y en Mas Blanco.

Ahí es donde vienen a la memoria unas líneas escritas por Blas de Otero y Mas Blanco se convierte en la "Universidad de las Masías", nombre muy acertado cuyo significado palpable y evidente va mucho más allá de una "simpática" denominación. 

La humilde pretensión de Mas Blanco es la comprobación de unas hipótesis que como todo lo que rodea al ser humano, alcanza dimensiones variadas, enlazadas y a veces sorprendentes. Un resultado del trayecto a etapas desde 2014 es que algunos descendientes de los antiguos habitantes de Mas Blanco, cuyos padres habían dejado de ir aunque tenían casa, se han animado a volver y empezar a rehacer su propia casa con la misma metodología respetuosa que se ha aplicado en la escuela.

Hombres y mujeres que fueron invitados por Recartografías a un acto especialmente conmovedor y simpático: la "inauguración de la escuela donde habían estudiado sus padres", con la recepción-homenaje a la primera maestra titular de aquella escuela, que, además, en 1961 inauguró “la casa de la maestra”a sus 23 años y hoy vive en Valencia. 

“La casa de la maestra” ahora intenta plasmar la "memoria reciente del siglo XX" en esas tierras con objetos de la vida cotidiana entre 1930-1970, recordando también el paso del maquis, la situación sanitaria, el punto de relación y comercio, etc. No es un Museo ni un Centro de interpretación al uso oficial. Es un pequeño "espacio de Memoria" para quienes no conocieron ésa época y de digno homenaje para quienes la vivieron. 


Pero sobre todo, Mas Blanco es un proyecto sin fecha de caducidad ejecutándose con la cordura, el entusiasmo de los “llegados” desde otros ámbitos -que ya no extraños- y la participación directa de las gentes y sus hijos que fueron de allí, ahora reconocidos protagonistas. Es un espacio de convivencia con la discreta grandiosidad de lo sencillo. Un “modelo” tan cercano en el mapa como ¿fácil?

“Los de Recartografías” ya llamados “del Mas Blanco” -aunque todos viven en Valencia- siguen ampliando su radio de actividad y trabajo. Ocasionalmente se reúnen con otras personas de San Agustín para hacer pan y pastas en el horno común, trabajan un trozo de tierra, hacen jabón, etc.

Mas Blanco es… una oferta de acción que merece la pena conocer y seguir hasta que todas las X estén puestas en el mapa. Si quieren, les hemos contado el método: Paso a paso, con la constancia de años tota pedra fa paret.


Lucía Pérez García-Oliver, 
Colectivo Sollavientos