El río Alfambra nace al pie del
pico Peñarroya, la cima de la sierra de Gúdar. Alejándose del cercano mar
Mediterráneo, se encamina hacia el norte conducido por el alargado y relieve de
la sierra del Pobo, al que debe evitar en su búsqueda del mar, y por una serie
de cabezos que por el este y el norte lo separan de la cuenca del Guadalope. El
Alfambra tiene vocación valenciana, pero se resiste a ello.
Y, antes de su confluencia con
el río Guadalaviar para formar el Turia, recorre un territorio que, en realidad,
son dos mundos.
El Alto Alfambra, comprendido entre Gúdar y Galve, y todo el valle del río Seco, es ganadero y masovero, con una gran vinculación con la sierra de Gúdar y el Maestrazgo, además de con el Reino, a donde, año tras año, bajaban en octubre y volvían en mayo rebaños y pastores, creándose una cultura mestiza.
El Alto Alfambra, comprendido entre Gúdar y Galve, y todo el valle del río Seco, es ganadero y masovero, con una gran vinculación con la sierra de Gúdar y el Maestrazgo, además de con el Reino, a donde, año tras año, bajaban en octubre y volvían en mayo rebaños y pastores, creándose una cultura mestiza.
El Bajo Alfambra, desde el muro
de los Alcamines en Villalba Alta hasta Teruel, y todo el Campo de Visiedo, ha
estado mucho más relacionado con el valle del Jiloca y con la ciudad de Teruel.
Más agrícola, con vocación hortícola incluso en Alfambra, y también ganadero,
pero con escasa influencia masovera y donde, en la actualidad, el chopo
cabecero ha sufrido una gran regresión.
El Alto Alfambra ha sabido
conservar una magnífica arboleda de chopos cabeceros en la ribera de sus ríos.
La garantía de madera de obra, de leña y de forraje, el método de conducir el
agua, suavizar las crecidas y asegurar los campos. Más de treinta kilómetros de
ribera con cerca de veinte mil chopos cabeceros, buena parte de ellos
centenarios. Continuidad espacial y temporal.
Y un rico patrimonio cultural.
Material como castillos, casas solariegas, ermitas, masías, peirones, fuentes,
cerradas de piedra seca, hortales viejos ... E inmaterial, como el habla
popular, la cocina, los dances, el saber hacer para sobrevivir. Porque ha sido
el Alto Alfambra una tierra difícil, con un clima duro, frío y seco. Con unos
montes rocosos, un río de escaso caudal y una estrecha vega. Un territorio en
el que había que aprovechar los recursos naturales con mucha inteligencia.
El Alto Alfambra reúne algunos
paisajes de gran originalidad y belleza que han sido el producto de la acción
humana durante siglos. Una dehesa fluvial de álamos negros trasmochos que se
extiende por llanos de secano cerealista o entre agrestes peñascos, que se
extiende por los valles del río Seco, del Penilla y del Sollavientos, uno de
los más hermosos de la cordillera Ibérica. Y que se internan a través de unos
extensos páramos que remontan las sierras del Pobo y de la Costera. O, en
cabecera, hacia la brusca caída de la sierra de Gúdar.
En estas tierras altas los
municipios han creído en la originalidad de sus paisajes proponiendo en 2009 al
Gobierno de Aragón la creación del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto
Alfambra. Este proyecto se va haciendo realidad ocho años después. "AltoAlfambra, Cultura y Naturaleza" es un blog vinculado a este proyecto
cultural y que pretende dar a conocer los valores de este territorio y las
iniciativas que, ante tanta adversidad, sacan adelante sus gentes.
Chabier de Jaime Lorén
Colectivo Sollavientos