lunes, 12 de diciembre de 2022

TERRITORIO SAGRADO DE NUESTROS ANCESTROS


 

A la avalancha de centrales eólicas y fotovoltaicas con el criterio del beneficio individual y contra la naturaleza, se suma la intención de sustraer materias primas de nuestro territorio, iniciativa que se reedita esta vez en el término de Aliaga.

El proyecto “Campogrande” (y bien grande que es el campo y no admite puertas) se cierne amenazadoramente sobre el grupo de masadas denominado “Las Coronas”. El 7 de noviembre la empresa Hispano Minera de Rocas S. L., con domicilio social en Berge (Teruel), solicitó al Gobierno de Aragón el permiso de investigación (sondeos y catas del terreno) adjuntando un mapa chapucero y raquítico partido en dos mitades difíciles de encajar porque una de ellas está invertida (¿quién dijo que el Norte está arriba?), que contiene 21 cuadrículas mineras. La finalidad será extraer “arcillas, arenas caoliníferas y leonardita” para llevárselas vaya Vd. a saber dónde.

Con la esperanza de que la Administración aragonesa adopte una actitud más digna que ante los proyectos- pelotazo de renovables, con una denegación rauda y contundente, desde nuestro Colectivo exponemos toda una serie de razones por las que nos oponemos a este plan:

Porque pensamos que los únicos que han de escarbar el terreno son los arados sobre los bancales de siempre. Así lo hizo mi padre, labrando con macho a los 14 años en el Mas de Fuentes, donde se crió, participó en bureos tocando la guitarra sin saber y contactó con el maquis (el paisaje enlaza con la historia). Y aquí descansan sus cenizas. El entorno debería respetarse.

Porque la materialización de los proyectos privará a los agricultores de sus tierras y perjudicará grave e irreversiblemente a los ganaderos de la zona, entre ellos a José Moliner el masovero solitario que resiste en Casa Barragán con sus quinientas ovejas ojinegras, así como a otros masoveros y masoveras, que no han recibido información al respecto.

Porque el proyecto ha escogido un lugar de muy difícil acceso, lo que aumentará el impacto de obtenerlo, aparte de poner en serio riesgo de contaminación las cabeceras del barranco de La Puente y el del Magro, que vierten sus aguas al Guadalope.

Porque estos paisajes seculares donde gravitan los espíritus de nuestros antepasados (entiéndase metafóricamente) merecen preservarse, para que permitan mantener las economías que se han desarrollado hasta hoy, conserven su biodiversidad y belleza y puedan seguir siendo recorridos y contemplados sin límite temporal.

Porque consideramos la actividad planificada como una práctica de neocolonialismo rural depredador donde se esquilma nuestro territorio para generar riqueza económica fuera de él, que no revierte sobre sus habitantes, y solo aporta destrucción.

Porque, por todo ello, la explotación “Campogrande” supondría un gran chandrío para el campo, y porque, en suma, equiparándonos a las etnias aborígenes del planeta, consideramos estos parajes Territorio sagrado de nuestros ancestros y de su cultura, que, por tanto, no debe mancillarse.


¡No al proyecto “Campogrande”!


Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos


 









martes, 22 de noviembre de 2022

CAPACIDAD DE SORPRENDERSE


 

Cuando uno pensaba que ya había visto casi todo en relación a la implantación de los macroproyectos de renovables, resulta que aún le queda por ver propuestas que cada vez suenan más esperpénticas.

Se ha hablado mucho de la creación de puestos de trabajo y lucha contra la despoblación, pero los estudios han demostrado que en la realidad, y allí donde se implantan estos proyectos, no se genera tanto empleo. Y cuando en ocasiones sucede es a costa de desmantelar otros sectores o servicios que estaban sirviendo de motor en los territorios afectados, además de seguir disminuyendo los habitantes de esas poblaciones, según los datos del INE , que posiblemente hubieran encontrado otras soluciones más endógenas y desde el compromiso de sus residentes.

También se ha prometido incrementar los servicios de las zonas rurales con aportes limosneros por parte de las grandes empresas que van a desarrollar sus proyectos, o regalar algunos servicios como el consumo eléctrico a sus habitantes, pero ni se dice cómo, ni cuándo, ni por cuánto tiempo, pues “luego ya si eso vamos viendo”. Por no decir que muchas de esas promesas son inviables y no tienen sustento legal ni administrativo para llevarse a cabo, según dicen empresas dedicadas a la gestión y desarrollo de proyectos energéticos.

Pero el titular de ayer de algunos medios de comunicación ya dejaba las antiguas propuestas en algo casi anecdótico, pues decía que “el Gobierno de Aragón empieza a diseñar un impuesto que gravará el impacto visual de las renovables” Además el Consejero de Economía matizaba que era para hacer frente a las afecciones adversas sobre el medio natural, por lo que se reconoce que los procesos no son inocuos para el medio ambiente. Añadían que la instalación de parques implica servidumbres y cargas para el entorno, el medio natural y el paisaje, no sólo por las instalaciones, sino por todas las infraestructuras asociadas. Y terminaban diciendo que ese déficit medioambiental debe ser reparado mediante tributos.

Todas estas afirmaciones que recogen claramente los efectos adversos de la implantación de grandes Centrales de renovables sobre el medio, contrasta con la falta de afección que reconoce el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) a la mayoría de las propuestas presentadas, que califica como compatibles y beneficiosas. También están en conflicto con las afirmaciones de los proyectos presentados por las empresas, que consideran que todos los destrozos se pueden corregir y minimizar hasta justificarlos por un bien superior, en el que nunca han creído, que es la lucha contra el cambio climático.

Colocar 90 molinos en la Red Natura 2000 o en áreas de campeo de especies protegidas o en espacios singulares o en sierras bien conservadas o frente a pueblos declarados como Bien de Interés Cultural, no se puede ni se debe compensar con impuestos, sino directamente no colocarlos. Los valores de esos espacios hay que preservarlos, pues no hay cantidad de dinero que justifique la degradación del medio y la reducción de la biodiversidad, que terminará afectando a la calidad de vida y la salud de los habitantes de esos territorios e incluso del planeta.

Pero aún se puede añadir que ni en esos sitios ni en ninguno hasta que no se establezca una planificación y ordenación adecuada, hasta que no se ponga en manos de la ciudadanía un bien básico como es la energía, hasta que no se faciliten y promuevan las comunidades de producción en manos de los vecinos, hasta que no se apueste legalmente por la generación distribuida y hasta que no se planteen las necesidades reales, pues la especulación y el desarrollismo no se corrige con impuestos, sino con planificación y con la legislación adecuada.

Como se suele decir no se puede sorber y soplar al mismo tiempo y esto es lo que parece querer conseguir el impuesto que se anuncia y que no da solución, sino que incrementa el problema, pues es posible que las empresas lo detraigan de las migajas que prometen repartir allí donde coloquen sus infraestructuras.



Javier Oquendo

Plataforma a favor de los Paisajes de Teruel



domingo, 23 de octubre de 2022

HINOJOSA TIENE UN PARQUE


 

El que lo sigue, lo consigue. Y el que lo ha conseguido con su vehemente trabajo voluntario que incluye el de mantenimiento, es Agustí Guilera ("el molinero"), el ínclito / inefable / creativo / radical propietario del molino de la población, recreado y bautizado por él mismo como “de Damaniu” en homenaje al poblado ibérico que hubo enfrente, en la “Muela”.

El coqueto parque, resultado de un anhelo por ejercer una acción local y comunitaria, se denomina “La Alameda”.

Bien es verdad que el papel del alcalde, Andrés Sánchez, ha sido fundamental para redondear la realización del proyecto, con su implicación personal a bordo de su tractor y con la consecución de una subvención por parte del Parque Cultural del Maestrazgo para adquisición de mobiliario, ya fijo, y nuevas especies de arbolado que se han añadido a los 30 chopos de mediana edad que han estado esperando a sus hermanos pequeños, recientemente trasplantados: tres arces, tres olmos, un abedul, una noguera, una acacia, un sauce común y dos llorones, dos moreras y un árbol del amor. Todos ellos formando una plaza circular, la Plaza del Amor.

La pequeña vaguada sobre el que se asienta, contigua a la carretera de Camarillas o Galve, por la que se accede costeando la magnífica y relegada ermita de Santo Domingo, esa original pagoda cristiana de piedra y ladrillo, ha sido decorada con sencillas esculturas salidas de la cabeza y la mano del tenaz impulsivo impulsor, cual un íbero más, realizadas con materiales naturales y reciclados: piedra, madera y hierro (atención al corazón-veleta asaetado), que complementan a la blanca escultura coral “La Noche de San Juan”, obra de 1999 de Nuria Pérez Bello, de Galve, rescatada y trasladada a la parte baja del parque, erigida en protagonista, con una carga simbólica ligada al trabajo agrícola secular y la fiesta del fuego, que transciende el territorio de La Val. Una isla rodeada de un foso circular, un petit chemin zen marcado por una hilera de piedras planas, una serie esparcida de piedras pulidas de cantera a modo de mesas, y papeleras son sus complementos internos. Y no falta un chalecito de madera para pájaros de vacaciones sujeto al tronco del chopo más gordo. Un circuito zen anilla el espacio a modo de pista de circo romano, que se puede recorrer caminando, corriendo, en bicicleta o quizá en carro.

Una acequia rodea el parque con dos escaleras de acceso (solárium de ranas) y tres cubos amarrados proporcionan el riego manual.

La serenidad de los atardeceres brinda la contemplación de los retazos que ofrece el paisaje agrario circundante: nubes caprichosas, cielos claros, montañas suaves y aterciopeladas, girasoles, cereales, rastrojos, pacas de paja, huertos… Y el río de La Val un poco más abajo.

El parque se enlaza, pasado el puente a la derecha, con un paseo, la Senda Calma, por la margen del río, que a distancias regulares exhibe unos carteles coloridos con breves y contundentes mensajes poético-surrealistas, píldoras creativas de Agustí, enlazadas con el panorama circundante (Land Art), tributo al paisaje y la vida (Bella La Val, Natur Viva, Azul Ocre, Llueve Flores…).

Hay que visitarlo y transitarlo... sin prisa, decididamente, para deleitarse con su primor y sosiego.

 

Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos


 









miércoles, 28 de septiembre de 2022

FALTA ARAGÓN PARA TANTO MADRID


 

En Madrid necesitan mucha energía, y esto nos crea el dilema de qué hacer con nuestro territorio. Se me presentan tres posturas personales, y ninguna me convence. Y es que esto de la energía eólica en Aragón es algo con mucho fonema /j/. Jota del traidor que vende su territorio por 30 monedas de plata. Ge fricativa sorda del que se siente orgulloso de su opinión sobre un tema, que cree fundamentada, pero al que se la están colando. O jota del que canta para identificarse con su terruño, que es el mejor, y acepta todo tipo de coplas. Los judas iscariotes, los gilipollas happyflowers y los joteros chovinistas. La primera jota es la corrupta, la segunda es la ignorante, y la tercera, muchas veces, la insolidaria. ¿Dónde está la verdad entre tanta bazofia? ¿Qué opción es la más legítima o, aunque sea, la menos impura?

La jota del que permite que se expolie su territorio, se creen condiciones para la extinción de otros seres vivos diferentes al Homo sapiens, se destruya su paisaje… se defiende con los conceptos de crecimiento, trabajo, transición energética… “Hay que hacer lo que sea porque es necesario buscar alternativas a la crisis energética y al desaforado consumo de energías contaminantes”. Su lógica es que, como hay que seguir consumiendo energía, hay que disponer lo necesario para ello. Caiga quien caiga. Si cae la alondra ricotí o el paisaje, es un mal menor; ya nos acostumbraremos. Si hay que hacerlo desde el modelo capitalista, pues no pasa nada: es lo que se ha hecho siempre (o al menos en los últimos 200 años). Y si de paso se saca tajada, pues es de tontos no hacerlo. Los pelotazos se buscan, pero también se encuentran. Conclusión: si es el momento de vender el territorio, se vende. Se presiona a quien haya que presionar, se unta a quien se haya de untar, y se cobra lo que se haya que cobrar, aunque sea la promesa de una puerta giratoria o de un trabajo de mantenimiento en un parque eólico.

La jota del ignorante que cree que con las energías “limpias” y “renovables” se va a solucionar el cambio climático es muy tierna, pero demasiado facilona. Es muy cómodo ser ecologista urbanita feliz, comprar una solución verde sin preocuparse de nada más, sin intentar enterarse ni comprender todas las dimensiones y complejidades del problema. Dar un cheque en blanco a los que manejan el cotarro bajo la premisa de la “emergencia climática”. Y con la conciencia tranquila.

La jota del que piensa que lo de Aragón es para los aragoneses, y que el agua del Ebro no se transvasa, y que no hay humor más fino que el de nuestro canto universal, es quizá la postura más incómoda de defender, en especial para los que se sienten cristianos…, o simplemente buenas personas ¡Cómo les vamos a negar a los de Madrid, Barcelona o Valencia unos cuantos megavatios o unos pocos hectómetros cúbicos de agua! Su punto fuerte, paradójicamente, es la falta de correspondencia en esta bonhomía por parte de los receptores de su sacrificio. En otras palabras, lo que permite que uno defienda ser insolidario, y se quede tan tranquilo, es la insolidaridad de los demás. Somos malos porque los otros también lo son.

Yo no sé qué hacer. No sé si alquilar mi secano para un parque. Si no pensar más y dejarme convencer por Greenpeace o la ministra (ellos saben más). O denunciar en la prensa que la energía renovable de Teruel (y las arcillas) va a ir a parar a la industria cerámica de la Plana de Castellón. Pero la cruda realidad de este momento, bajo la avalancha de proyectos eólicos, es que no son la solución verde y definitiva para la transición energética y la lucha contra el cambio climático, y no se está llevando a cabo con justicia social y sin corruptelas (de ahí la reivindicación “Renovables sí, pero no así”). Además, no se ve siempre una correspondencia de otros territorios, sociedades o gobiernos en las soluciones adoptadas: Unos países vuelven al carbón, otros siguen haciendo negocio con el petróleo, y algunos territorios no aceptan los molinos. Incluso se vuelve la mirada hacia la energía nuclear.

Llenar Teruel de parques eólicos o fotovoltaicos no es la solución al problema de la transición energética. Haría falta todo Aragón para que Madrid “no se apague”. Aunque dispusiésemos de todo el territorio para producir energía para la iluminación, calefacción, refrigeración, industria y transporte de Madrid, seguramente sería insuficiente. Y además están los valencianos, alemanes y resto de europeos, que, en teoría, también son merecedores de nuestra solidaridad. Pero si al final decidimos ser solidarios y vender nuestro territorio, al menos que el beneficio no se lo queden unos pocos. Y por lo menos que en Madrid pongan algún molinico, aunque sea para disimular.

Por desgracia, en el momento actual parece que hay que elegir entre una de estas tres opciones, la tajada, el autoengaño pseudoecologista o el chovinismo insolidario. Son los tiempos que corren. Pero es imposible cuadrar la ecuación con alguna de estas tres soluciones o sus combinaciones. Quizá haya que cambiar de sistema de ecuaciones y empezar a pensar seriamente en decrecer.



Alejandro J. Pérez Cueva

Colectivo Sollavientos

domingo, 11 de septiembre de 2022

UNA INVASIÓN MITOLÓGICA SE PLANEA AL SUROESTE DE TERUEL

                                            Mefitis

 

 A la hora de invadir, Putin, un converso de armas tomar, no tiene la exclusiva. Si los dioses (Eolo incluido) y las diosas del Olimpo no se apiadan y conminan enérgicamente al Departamento de Industria de la D. G. A. a que lo impida, una nueva avalancha de centrales eólicas innecesarias invadirán esta vez el territorio del Jiloca, de la Sierra de Albarracín y de la Sierra Menera para deteriorar seriamente su patrimonio y biodiversidad, hipotecar el futuro de su población, dejar en mal lugar a la administración aragonesa y, de paso, enriquecer a sus promotores.

 Los proyectos ostentan nombres rimbombantes de la mitología griega y romana, nada que ver con los beatíficos y marianos de los proyectos de Camarillas-Aliaga. Héroes griegos, liderados por el legendario Eneas en el término municipal de Blancas, y diosas romanas, entre las que destaca la polivalente Minerva en los de Bronchales y Orihuela del Tremedal, amén de otros personajes de la cultura clásica (Escila, monstruo marino; Libitina, diosa de los muertos, y Mefitis, diosa de las aguas malolientes parecen los más acertados) dan nombre a 19 proyectos 19, más sus infraestructuras de evacuación. Toda esta culta retahíla exótica no deja de ser una burla más que se añade a la ignorancia y desprecio al territorio que manifiesta la deficiente documentación de los proyectos, cuyos promotores nominales son los mismos personajes mitológicos encabezados por la expresión “Energía Inagotable de … más las siglas S. L. “Energía Inagotable de Matuta, S. L.” sería uno de ellos (Matuta es la diosa romana del amanecer, de los recién nacidos, del mar y de los puertos, casi nada). Aunque los impulsores reales, pobres mortales acogidos en el templo de Forestalia, probablemente practican el monoteísmo menos espiritual, adorando un solo dios, intemporal y nefasto: don Dinero.

 Si se consumaran los proyectos, los dioses no lo quieran y los héroes acudan a echar una mano, entre otros desaguisados, el paisaje de Alba del Campo sufriría la presencia de 5 centrales; el valioso patrimonio de Orihuela del Tremedal, sería invadido por 5 instalaciones (3 centrales, una subestación transformadora y el arranque de una línea de alta tensión con castilletes descomunales); el bellísimo entorno y patrimonio arquitectónico de Rodenas se vería depreciado por la afección de 4 centrales eólicas; Peracense, con su emblemático castillo de rodeno, cargaría con 3 centrales (molinos gigantes al asedio de la fortaleza); no se libraría Albarracín y su Parque Cultural: 2 centrales adjudicadas; y así hasta agotar la lista de 13 términos municipales, incluyendo a Almohaja (3 centrales más una línea de alta tensión), Villafranca del Campo (3 centrales), Villar del Salz (1 central), Blancas (2 centrales), Pozuel del Campo (1 central), Villafranca del Campo (3 centrales), Santa Eulalia (2 centrales) y Ojos Negros, que satisfaría a los dioses más crueles con el sacrificio de una buena parte de su territorio en aras de una central fotovoltaica, otra eólica y dos líneas eléctricas a juego con el resto de montajes.

La instalación de este nuevo cluster de macrocentrales eólicas, sumando un total de 149 aerogeneradores de 200 m. de altura (!), de 149 polifemos, de 149 cíclopes monstruosos de un solo ojo rodeado de cuchillas, supondría un auténtico Caballo de Troya para los moradores de las tierras de esos 13 municipios escogidos (y la bella Helena marcharía al exilio capitalino). También implicaría otro importante paso atrás en la consecución de la capacidad de la población de participar en la planificación de los usos racionales del territorio y de la democratización de la implantación de las energías renovables.


Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos


 


 

miércoles, 10 de agosto de 2022

PASARELAS

Existen las pasarelas de la moda y también la moda de las pasarelas (aparte de las de los aeropuertos y barcos); las primeras, sofisticadas y rebosando glamour y tontería, y las últimas, ahora populares, son las que permiten adentrarse cómodamente en desfiladeros, barrancos y paredes verticales rocosas que encauzan algunos ríos. Suelen ser metálicas y están ancladas en la roca. Los recorridos lineales donde se ubican carecen de finalidad educativa, pero contribuyen a generar en los usuarios un cierto sentimiento aventurero.

Las hay más discretas, de madera normalmente, y más estentóreas; más comedidas y más agresivas con el paisaje y la vista, alcanzando a veces un nivel de impacto inaceptable.

La moda de recorrer las pasarelas compite ventajosamente con la práctica del excursionismo clásico por senderos en la montaña y ha propiciado una cierta masificación humana en parajes secularmente poco conocidos y vírgenes. También compite con el barranquismo: si hay pasarelas, este, para bien o para mal, pierde su sentido en el mismo trayecto.

Al respecto surgen algunos interrogantes: ¿Se pueden instalar pasarelas en todos los desfiladeros más vistosos de Teruel, o habría que preservar algunos -o al menos una parte de estos estrechos y gargantas- respetando su estado natural primigenio? ¿Cuantas más pasarelas, mejor? ¿Cuál es su impacto sobre la fauna? ¿Todo el mundo hemos de llegar a todas partes? ¿Es necesario convertir fragmentos de la Naturaleza en parques temáticos para entretener a las nuevas generaciones? ¿Dónde fijar los límites? De entrada podemos considerar innecesarias algunas pasarelas que recorren a una determinada altura tramos de un río que siempre se han transitado por la orilla o por una vía convencional paralela (incluso una carretera). Si lo que se puede contemplar desde las pasarelas puede hacerse desde un mirador externo, nos las podemos ahorrar.

A la hora de abordar los beneficios económicos que puedan reportar estos recorridos a las poblaciones próximas, haría falta un estudio serio sobre la cuestión. Aparentemente, las personas usuarias llegan con sus automóviles, hacen el recorrido que les ha traído allí -una breve parada en el bar, quizá- y, misión cumplida, se marchan por donde han venido: no es necesario hospedarse en el pueblo, apreturas económicas aparte.

Esta introducción superflua de estructuras metálicas en el medio natural, no sometida a la pertinente Evaluación de Impacto Ambiental, se añade a otras en páramos, bancales, lomas y crestas: las centrales fotovoltaicas y eólicas, creando una sinergia tremendamente impactante.

Desde el Colectivo Sollavientos abogamos por la aplicación de criterios seriamente estudiados y sopesados a la hora de proyectar estas intervenciones, así como por la preservación de los parajes naturales, para que no pierdan un ápice de sus valores y su espectacularidad, y puedan disfrutarse sin aditamentos artificiales, prestos a brindar aprendizajes.


 Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos







 

sábado, 2 de julio de 2022

SE PRESENTÓ EN VALENCIA “ENTRADA DE MOROS Y CRISTIANOS” DE EL POBO


Fue en el salón de Escudos del Centro Aragonés, auspiciado por el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, entidad patrocinadora de esta magnífica edición, que no es la primera. Y se llevó a cabo con un destacado éxito fundamentado en la calidad de la obra presentada, en las intervenciones orales desde la mesa presidencial y en la cincuentena de personas que estábamos escuchando con sumo interés, entre ellas, el entusiasta cronista de Tuéjar, Tomás Barea.

Presentó el acto José M.ª de Jaime Lorén, quien dio la palabra a los intervinientes:

en primer lugar Chabier de Jaime, gestor del Parque Cultural (la mayor arboleda de chopos cabeceros de Europa, en simbiosis con la ganadería extensiva, que proporcionó un periodo histórico de esplendor en torno a la lana), quien recalcó la idea de promocionar este patrimonio natural-cultural para dar empuje a los 10 pueblos que lo integran, seis de ellos con la escuela abierta (1300 habitantes en total).

A continuación, el alcalde de El Pobo, Vicente López, expresó su emoción y satisfacción ante el evento y su relevancia para el pueblo.

Cecilio Alonso, catedrático de literatura española de la UNED y crítico literario, jubilado en la actualidad, a su vez, resaltó la rareza del texto -pieza única- y la aludida notoria calidad de la edición.

Llega el turno de la autora, Lucía Pérez García-Oliver, historiadora y antropóloga, editora de dances (algunos relacionados con las embajadas de moros y cristianos) y una de las fundadoras de APUDEPA (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés). Tiene en su haber, entre otras, publicaciones de patrimonio inmaterial popular de realización colectiva. Afortunadamente, Lucía rompe su promesa poco creíble de hablar poco, y habló no poco y muy bien. Haciendo gala de excelente comunicadora nos contó asuntos muy interesantes. Entre otros, que el esfuerzo de aprendizaje y representación correspondía a los mozos -a caballo-, probablemente antes de ir a la mili; que la obra había experimentado adaptaciones, refundiciones y aditamentos; que su finalidad era demonizar el Islam y ensalzar el cristianismo (al final los moros abrazan la “verdadera religión”); todo esto a través de la veneración de los “Santos de la piedra (granizo)”, patronos de El Pobo, San Juan y San Pablo, que no son el apóstol y el autor de las Epístolas, sino dos patricios romanos cristianos mandados degollar por el emperador Juliano “el Apóstata”, cuya devoción servía para apartar pestes, hechizos, obsesiones, granizos y rayos (actualmente puede visitarse su basílica en Roma y su capilla en la iglesia del pueblo); que la entrada dejó de representarse alrededor de 1933.

En Alba del Campo y en Celadas también se representaban entradas de moros y cristianos al igual que en Aras de los Olmos (Valencia) y en Iruecha (Soria).

También presidía la mesa Miguel Ángel Fortea Plumed, biznieto de Antonio Fortea Edo, autor en 1889 de la copia manuscrita del documento de esta pieza dialogada y representable -teatro religioso de calle- de principios del siglo XVIII. Su confianza en Lucía, al entregarle el texto de su antepasado, ha propiciado que el libro protagonista del día haya visto la luz. El dramaturgo valenciano Josep Lluís Sirera, debido a su fallecimiento inesperado, no pudo analizar el texto, que consta de 1226 versos, pero advirtió que se trataba de “una joya”.

La adquisición y dedicatoria de ejemplares y un vino de honor remataron una sesión memorable.


Gonzalo Tena Gómez

 

miércoles, 25 de mayo de 2022

REMONTADA DEL RÍO EBRÓN

A Cándido, antiguo cartero de la zona

  

Remontar cursos de ríos, caminando por la orilla, se ha convertido en una actividad humana beneficiosa. Repercute en la mejora de la salud física y mental de las personas, y esta última se invoca con frecuencia en las circunstancias actuales. Puede hacerse en compañía o en solitario, con diferentes alicientes. Si el curso del río y su entorno están bien conservados, se añade el valor de la contemplación estética, que refuerza el equilibrio espiritual proporcionando placer a la vista (para esto también deberían conservarse los paisajes). Si de paso, se adquieren algunas nociones científicas en relación con fenómenos geológicos, hidrológicos, biológicos o humanos sobre el terreno, miel sobre hojuelas, que el aumento de los conocimientos también proporciona satisfacción, al margen de la utilidad de su aplicación o de las conductas que modifique. En el trayecto puede aprenderse, por ejemplo, que la sabina albar es una vieja resistente, y que su porte arbóreo y sus frutos maduros azulados la distinguen de su hermana la sabina negra. Parece que, en lo que algunos de estos aspectos concierne, afortunadamente, la remontada de ríos se lleva últimamente. (Y todo mientras otra remontada destrucción y muerte avanza en Ucrania).


 

Un itinerario señalizado remonta el río Ebrón, que baja de la Sierra de Albarracín y afluye al Turia en su kilómetro 21 en el Rincón de Ademuz, rincón que deberíamos invadir los turolenses, o, como mínimo, promover allí un referendum de autodeterminación, dado su encaje fuera del territorio de

su propietaria, la Comunidad Valenciana, y su penetración en Aragón, aunque también podríamos buscarnos otro enemigo y entrar en conflicto armado con la poderosa Castilla-La Mancha por la región de Cuenca, que también lo toca por el este. Bromas de dudoso gusto aparte, el camino arranca del pueblo de El Cuervo y llega al de Tormón (ambos pertenecientes a la Comunidad de Teruel) y se transita en unas 3 horas. Consta de tramos suaves, otros encajados en la roca y otros más encosterados y elevados. Las pasarelas y peldaños metálicos son discretos y su agresión a la roca y al suelo -a la vista- puede calificarse de leve (no es el caso de otros itinerarios provinciales de pasarelas metálicas mucho más agresivas). Luego hay que volver, si no te espera un coche en el destino, pero cuesta abajo la cosa va más rápida. El tramo superior, muy soleado, no es muy apto para recorrerlo en las horas centrales del estío. 


 

Los Estrechos del Cañamar constituyen la parte más espectacular del recorrido. El caudal sobre lecho calcáreo es abundante (se aprovecha muy bien para el regadío de mucho más abajo), las aguas son transparentes y algunas pozas exhiben una profundidad que supera la estatura humana. La fauna prácticamente no se deja ver, ni siquiera los peces. Más arriba se atraviesa el puente natural de la Fonseca, con idéntico nombre y probable proceso de formación que el del río Guadalope en La Algecira, Maestrazgo, pero el del Ebrón mucho más elevado. Y más adelante, después de un soleado e inclemente ascenso, seguido de un descenso más breve, se alcanza la Cascada de Calicanto, la joya de la corona, con sus 20 m. de caída y posibilidad de baño a sus pies, junto a un molino harinero, el “de abajo” de Tormón, con su casa aledaña también en lamentables ruinas, donde se puede ver el casco metálico de una turbina que suministró electricidad al pueblo.


 

A la entrada de la población, un cartel con fondo azul de la Diputación de Teruel anuncia al visitante un “Tormón sin agresiones sexistas”, pero muestra el 016 por si las moscas. Siempre es una garantía para la docena de sus habitantes, de larga trayectoria vital. Entre ellos, Cándido, el antiguo cartero, nonagenario y muy comunicativo con algún visitante curioso, historia viva local. P. D.: En Tormón no puede dejar de visitarse el pequeño y precioso lavadero de "acequia cubierta", situado a la salida del pueblo por la carretera de El Campillo, nada más cruzar el puente. Junto al lavadero de Allepuz, son los únicos ejemplares que existen de esta primitiva tipología de lavaderos en todo el Alto Turia.

Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos


 


lunes, 4 de abril de 2022

TERUEL CONTRA LOS MACROPROYECTOS Y A FAVOR DE LA GENERACIÓN SOSTENIBLE DE ENERGÍA (ZARAGOZA, 13 DE MARZO DE 2022)


 
                                          Os Diaples d'a Uerba


 















                                          Diaples y Las gaitas Alcabatuk

                                           La batucada Alcabatuk


 

El poeta y escritor Víctor Guíu fue el encargado de arrancar el acto final en plaza de España dedicando unas palabras "a los que nunca vendrán". "Nos acordamos también de ellos porque les ofrecen algo que no es real. Ofrecen un futuro especulativo. Un futuro donde nos compran y nos venden con contratos que abusan del desconocimiento general de nuestros vecinos. Con puertas abiertas a la ruina del campo y la puntilla final a la despoblación de nuestros pueblos", denunció. Estamos aquí, continuó Guíu, "porque no pasa ni una década sin que nos vengan con cualquier milonga diciéndonos que nos van a traer el maná del cielo que nos va a salvar. Sospechosamente siempre nos hablan de macroproyectos, de grandes proyectos que son el último tren al que nos podemos subir. Nosotros sabemos que no es así".

María José Hernández puso voz a los versos "Polvo, niebla, viento y sol" de José Antonio Labordeta "porque son el espejo de nuestra identidad, porque son el reflejo de lo que es nuestro territorio". "Hoy estoy aquí porque nos mienten", dijo Hernández para recordar que "ya vaciaron Aragón cuando anegaron el Pirineo a la fuerza para llevar la electricidad a las grandes ciudades y ahora lo quieren anegar de nuevo de molinos y placas solares machacando nuestros magníficos paisajes".

Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos




                              


viernes, 11 de marzo de 2022

GRANJERO ÚLTIMO MODELO

 


¿Qué hace un sociólogo subido en un tractor en marcha en 

medio de un bancal? Pues lo que haría cualquier sociólogo en 

esas circunstancias: labrar la tierra, aunque fuera escuchando 

un podcast de la radio sobre la Segunda Guerra Mundial. 

Porque Marcos Garcés Lizama, buen mozo, es un sociólogo 

al que no gustaba la ingeniería agrónoma, con bastantes 

conocimientos de ciencias políticas, y labrador cooperativista 

en su pueblo, Bañón (100 habitantes). Y es que, a pesar de 

su formación académica, “nació agricultor”.

 

Cultiva cereal y plantas oleaginosas y proteaginosas en parte 

ecológicas (pienso de secano) en los campos que 

pertenecieron a su abuelo. Bueno, no es solo labrador.

También cría cerdos, que están ahora de moda como las 

vacas, no así las ovejas y cabras, pobretas. Pero no los cría 

de cualquier manera. Practica la ganadería porcina

intensiva de una manera muy especial, cuidadosa y digna de 

tener en cuenta. Las cuatro granjas que conforman la 

explotación cumplen los máximos estándares de bienestar

animal (certificado welfair quality) y están informatizadas (las 

hembras llevan un xip que avisa por ejemplo si están 

embarazadas para reforzar la alimentación). Los animales 

están libres de antibióticos en todo su 

itinerario vital, consumen los cereales que se producen 

en el entorno y generan los fertilizantes que se usan 

de manera controlada en sus campos, contribuyendo 

así a reducir la huella climática en torno a ellos. Con 

este planteamiento no se puede utilizar 

categóricamente la expresión “granja intensiva”, 

aunque tampoco pueda hablarse de explotación

pecuaria extensiva. Para hacerse una idea con 

fundamento, lo mejor es acudir a visitar las granjas, 

respondiendo a la invitación general ofrecida por 

nuestro granjero. La carne obtenida, de calidad, 

envasada allí mismo, se vende en el N. de España y en 

Alemania. Se crea jamón con denominación de origen 

Teruel. La cooperativa ha contactado con unas chicas 

que van a fabricar bandejas con la paja del trigo o la 

cebada, en pos de conseguir envases ecológicos. 

También baraja la idea de producir cereales 

ecológicos para consumo humano. No van errados 

cuando afirman moverse dentro de la  bioeconomía 

circular.


Marcos, miembro de Unión de Agricultores y 

Ganaderos de Aragón (UAGA), que en 2016 fue 

elegido coordinador estatal de Juventudes Agrarias de 

la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG), 

forma parte también de la Sociedad Cooperativa 

“Cereales Teruel”, con un surtidor de gasoil en el 

pueblo, que abriga a unos 1500 agricultores que 

transforman  in situ la producción en pienso para 

abastecer las granjas, lo que supone la creación de 

puestos de trabajo, complemento de la renta de estos 

productores y generación de valor añadido en el 

territorio. Los envases se controlan: los enormes de 

las semillas se reutilizan en otros usos en la medida 

de lo posible. Los de los productos fitosanitarios se 

recogen y se llevan a puntos de recogida para 

revalorizarlos.

Opina Marcos que falla la comunicación en su sector 

productivo, imprescindible cuando se llevan a cabo 

prácticas de desarrollo sostenible en las explotaciones

ganaderas, y enseñar lo que se hace a la gente. La 

formación de los consumidores se hace necesaria y 

aquí entendemos que el compromiso atañe a las 

administraciones en primer lugar. Además nos aporta 

reflexiones muy interesantes en torno a la 

agricultura, entre otras: la necesidad de voluntad

política para implementar estrategias agrarias 

actualizadas que garanticen un medio rural con 

oportunidades laborables, culturales, formativas y de 

ocio; el papel relevante de la agricultura y la 

ganadería en la cohesión y vertebración territorial y 

su necesaria implicación en el mantenimiento 

medioambiental; que las ayudas al campo deben tener 

en cuenta a las personas jóvenes; que el sector 

agrícola (y el ganadero añadiríamos) ha de ser 

tecnológico e innovador en grado sumo; que la 

palabra agricultura, que debe ser social, lleva en su 

raíz la palabra cultura, que conlleva conocimiento; 

que la dedicación a la agricultura supone el oficio 

“más bonito, digno y noble del mundo”; que el

agricultor tiene calidad de vida; que la agricultura se 

enfrenta al serio reto del cambio climático. Y 

sentencia que “no es un medio, sino una forma de

vida”.



Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos