sábado, 29 de abril de 2023

EL DESPLIEGUE DE ENERGÍAS RENOVABLES EN EL MEDIO RURAL (7) Centrales eólicas vs. aves esteparias

Las centrales eólicas han demostrado desde el principio sus efectos negativos: algunos patentes, como la ocupación del suelo por infraestructuras (aerogeneradores, líneas eléctricas, subestaciones transformadoras) o la transformación del relieve por los grandes movimientos de tierras; otros más insidiosos, como contaminación acústica, lumínica o el incremento de la frecuentación humana. Aunque el efecto más conocido es la siniestralidad sobre fauna voladora: aves y quirópteros.

Las aves esteparias más típicas son ganga y ortega, junto con avutarda y sisón y el grupo de los aláudidos, con alondras y terreras. De otros grupos cabe destacar el alcaraván y, entre las rapaces, los aguiluchos cenizo y pálido o el cernícalo primilla. Otras muchas especies aprovechan estos espacios abiertos, desde las grullas y milanos hasta grandes rapaces como buitre leonado o águila real.

Las aves esteparias están en declive desde hace lustros -recientemente el BOE anunciaba la declaración del sisón común y de la alondra ricotí como especies en peligro de extinción- por la regresión de su hábitat por los cambios de uso del suelo: intensificación de cultivos, puesta en regadío, urbanización… a los cuales se suman ahora las instalaciones eólicas y fotovoltaicas. A la situación de declive se añade la falta de protección legal eficaz.

Las aves sufren, por un lado, la siniestralidad directa causada por colisión tanto con las palas de los aerogeneradores como con tendidos eléctricos y, por otro, un efecto más difícil de ponderar como es la ocupación y fragmentación del hábitat. Esto causa la expulsión de los animales por la artificialización del entorno, ante el recelo que causa la presencia de elementos extraños, la alteración del relieve, los ruidos y la presencia humana. Las especies ligadas al suelo, como ganga, ortega, sisón o avutarda, necesitan de un amplio campo de visión para huir de depredadores y son muy vulnerables a los tendidos aéreos.

Estos casos notables, por el volumen de bajas y las responsabilidades legales que implican, resumen la situación general.

El cernícalo primilla es una pequeña rapaz ligada a ambientes de cultivos de secano. Catalogada como Vulnerable, su población no deja de disminuir. La ubicación de aerogeneradores junto a las áreas de cría provoca una fuerte mortalidad y la desaparición de colonias. Muchas máquinas se han autorizado a menos de los 4 km que recomienda el Plan de Conservación. El hallazgo de ejemplares que han sido anillados fuera de Aragón confirma que los parques eólicos aragoneses actúan como sumideros de los primillas ibéricos.

El rocín o alondra ricotí es una alondra escasa y exigente en cuanto a selección de hábitat, ligada a zonas llanas de vegetación natural bien conservada como tomillares y espartales. Su declive es generalizado en toda la Península. Aragón acoge casi la mitad de la población europea. Catalogada desde 1995, recientemente se ha incluido en la categoría En Peligro de Extinción. A pesar de que el Gobierno de Aragón inició en 2015 los trámites para el plan de conservación, no está concluido. Al amparo de esa desidia, el INAGA resuelve como compatibles aerogeneradores de forma arbitraria a 1 km de los territorios de cría, cuando el mejor conocimiento científico existente en la actualidad establece un radio de seguridad de 4,5 kilómetros alrededor de los territorios. Dentro de ese radio las poblaciones decaen y desaparecen sin dejar rastro.

El milano real es una rapaz mediana, carroñera, catalogada En Peligro de Extinción. El Gobierno de Aragón mantiene un programa de cría en cautividad, dándose el caso de que, tras la suelta, algunos ejemplares perecen bajo los aerogeneradores. Según la base de datos del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, ingresaron por colisión directa con aerogeneradores 30 ejemplares en 2021 y 38 en 2022, más otro gran número por electrocuciones y colisiones con tendidos eléctricos. El hallazgo de animales radiomarcados fuera y dentro de España indica que los parques eólicos aragoneses actúan como sumidero de los milanos europeos.



José Antonio Domínguez

Amigos de la Tierra-Aragón




 

sábado, 22 de abril de 2023

EL DESPLIEGUE DE ENERGÍAS RENOVABLES EN EL MEDIO RURAL (6)


 

IMPACTO SOBRE RED NATURA 2000


Por mi mesa pasan cientos de proyectos al año: instalaciones de granjas de porcino, transformaciones de cultivos de secano a regadío, nuevas carreteras, minas de extracción de cal, etc. Sobre todos estos proyectos abundan en especial los de energías renovables y sus infraestructuras de evacuación; en los últimos tres años, más de 120 proyectos únicamente en Aragón.

La Red Natura 2000 es una red ecológica europea cuya finalidad principal es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y los tipos de hábitat en Europa, contribuyendo a detener la pérdida de biodiversidad. Su red es el principal instrumento para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea. Pero, ¿qué ocurre cuando los nuevos proyectos de energías renovables se construyen sobre espacios Red Natura 2000 o en su zona de influencia? En estos casos la construcción de las nuevas infraestructuras impide garantizar la supervivencia y reproducción de los hábitats de interés comunitario y especies objetivo de conservación de estos espacios protegidos o catalogados. En resumen, esos proyectos quebrantan para siempre la garantía de preservación de la naturaleza de nuestros espacios naturales de alto valor ecológico.

Sobre el visor de energías renovables que Ecologistas en Acción ha desarrollado para Aragón, se pueden observar abundantes proyectos de energía renovable (inclusive sus infraestructuras de evacuación) ubicados sobre espacios Red Natura 2000 (por ejemplo, nada menos que 82 aerogeneradores de los que componen el llamado clúster del Maestrazgo). Pero no solo eso; se observan igualmente proyectos dentro del ámbito de aplicación de planes de conservación de especies amenazadas. Algunas de estas especies son precisamente aquellas por las que los espacios Red Natura 2000 fueron designados. Ejemplo de estas especies son el cernícalo primilla (Falco naumanni), ave cuya población ha disminuido en Aragón la friolera de un 57% en los últimos 20 años. ¿Y cuáles son algunas de las principales causas de su declive? Precisamente el desarrollo energético fotovoltaico y eólico. Este es solo uno de tantos ejemplos de que especies tan amenazadas como el cernícalo primilla están sirviendo de indicador sobre el grado de irresponsabilidad de determinados proyectos. Conocer en profundidad la ubicación de sus zonas de nidificación, alimentación y dormideros post-nupciales cobra mayor importancia que nunca para garantizar su supervivencia.

No todos los proyectos se llevan a cabo con irresponsabilidad, pero la cantidad de diseños ubicados sobre espacios de alto valor ecológico son todavía inaceptables. Afortunadamente, Aragón dispone de todos los recursos necesarios para que la transformación energética se lleve a cabo del modo adecuado: sol, viento y abundante superficie. Para lograr mantener la biodiversidad y combatir el cambio climático, es necesario que las comunidades autónomas se replanteen un modelo energético compatible con la sostenibilidad, que apueste por el ahorro energético y que priorice el emplazamiento de proyectos en suelos urbanos consolidados, suelos industriales y urbanizables. Todos ellos se localizan en entornos antropizados, lejos de espacios Red Natura 2000. En el medio rural, ubicaciones adecuadas deberían incluir únicamente aquellas zonas degradadas donde, tras un exhaustivo análisis llevado a cabo por profesionales con suficiente experiencia, se constate la ausencia de especies amenazadas o hábitats de alto valor ecológico.

En este sentido, la creación de mapas de sensibilidad ambiental autonómicos que incluyan claramente áreas de exclusión de proyectos cobra más sentido que nunca. Las comunidades autónomas, como el caso de la aragonesa, tienen las competencias en ordenación del territorio y la responsabilidad de dar un paso adelante, siempre y cuando deseen que la transición energética apueste realmente por energías “verdes”.



Sofía Morcelle

Técnico de proyectos de SEO/BirdLife en Aragón

sábado, 15 de abril de 2023

EL DESPLIEGUE DE ENERGÍAS RENOVABLES EN EL MEDIO RURAL (5)


 

El porqué de la fragmentación de los proyectos


Muchos macroproyectos de energías renovables se presentan para su tramitación fraccionados en proyectos más pequeños. Son sometidos a procesos de información pública y se solicita su autorización por separado. Varios pueden ser los motivos que llevan a un promotor a esa fragmentación:

1. Tramitar el proyecto en la comunidad autónoma donde se ubica. Según la legislación vigente, la Administración General del Estado, en este caso a través del MITECO, debe autorizar las instalaciones de potencia superior a 50 MW, mientras que las comunidades autónomas son las competentes para potencias inferiores. Esto implica que, en función de los intereses del promotor y de sus relaciones con los dirigentes políticos de una u otra administración, se fragmente o no. Por ejemplo, el conocido como clúster de Ejulve de Forestalia engloba cinco centrales eólicas presentadas ante la Administración autonómica en proyectos de unos 49,5 MW, sumando en total casi 250 MW.

2. Evitar la evaluación de impacto ambiental ordinaria. La legislación establece un procedimiento de evaluación ordinaria o simplificada en función de las dimensiones del proyecto. La propia ley de evaluación ambiental define el fraccionamiento de proyectos como un “mecanismo artificioso de división de un proyecto con el objetivo de evitar la evaluación de impacto ambiental ordinaria en el caso de que la suma de las magnitudes supere los umbrales establecidos”. La evaluación ambiental ordinaria exige realizar un estudio de impacto ambiental por parte del promotor y exponerlo a información pública, mientras que la simplificada solo exige un informe ambiental que realiza el promotor, y que la Administración valora sin participación de la ciudadanía.

3. Minimizar u ocultar los efectos acumulativos y sinérgicos del macroproyecto. Al desglosar un macroproyecto y realizar un estudio de impacto ambiental de cada uno de los proyectos fraccionados, se analiza y se valoran sus afecciones de forma individual, resultando estas siempre inferiores a si se valoraran en su conjunto. Además, hay que considerar que en muchas ocasiones el periodo de tramitación entre un proyecto y otro difiere varios meses, por lo que cuando se conoce el contenido de los últimos proyectos ya ha pasado el procedimiento de información pública de los primeros y, por tanto, es imposible que los afectados y los técnicos responsables de la evaluación valoren los impactos acumulativos y sinérgicos del macroproyecto.

4. Diluir el impacto social. Al fragmentar un proyecto, el número de personas afectadas es mucho más reducido que si se presenta un macroproyecto conjunto con todas sus centrales y sus líneas eléctricas de alta tensión. Con esto se consigue que en cada expediente el número de afectados sea menor y que tengan menos posibilidad de unirse para afrontar el procedimiento de forma conjunta, algo que reduciría esfuerzos y costes a los afectados, y visibilizaría un mayor rechazo social. Es más fácil convencer a un número reducido de ayuntamientos y personas que a una multitud. En definitiva, promotores y Administraciones aplican la táctica del “divide y vencerás”. Existen preceptos legales que instan a las administraciones a velar por que las circunstancias y efectos perjudiciales derivados de la fragmentación no se produzcan, y existe también jurisprudencia que da la razón a quien la denuncia. No obstante, a día de hoy, estas prácticas abusivas son muy frecuentes y se están permitiendo por parte de las Administraciones. Ello va a provocar que muchos proyectos se enquisten en los tribunales con el consiguiente gasto innecesario para la ciudadanía, para los promotores y para la propia Administración, además de retrasar de una forma absurda la necesaria transición hacia las energías renovables.


Oscar Bailón

Plataforma a favor de los Paisajes de Teruel

viernes, 7 de abril de 2023

EL DESPLIEGUE DE ENERGÍAS RENOVABLES EN EL MEDIO RURAL (4)

 


¿Desarrollo rural con centrales eléctricas renovables?

En los años 80 del pasado siglo, Europa se dio cuenta de que en el campo la agricultura y la ganadería se estaban quedando sin pulso, y que sus profesionales eran cada vez menos, con una edad media más alta y con menor proporción de mujeres. Se pusieron en marcha planes de desarrollo rural que, aunque ligados a la Política Agraria Común (PAC), ya no buscaban el objetivo estratégico con el que ésta nació (asegurar el abastecimiento de alimentos en la posguerra europea), sino que trataban de abrir puertas a otras actividades económicas.

Así surgen en 1991 los programas LEADER, que pretendían diversificar las actividades en el medio rural y crear un tejido empresarial vinculado al desarrollo de productos agroalimentarios de calidad, servicios turísticos para atraer visitantes y atención a la población local. Era una apuesta por una sociedad rural vertebrada en varios ejes, y no centrada sólo en la agricultura y la ganadería; se las seguía apoyando, pero además se proponía potenciar el valor añadido de sus productos. Por otra parte, era un instrumento de participación ciudadana, ya que todos los sectores estaban representados y la sociedad civil debía estar en mayoría en los órganos de representación que coordinaban los proyectos y gestionaban las ayudas.

Fueron más de treinta años de trabajo para consolidar el tejido empresarial, generar nuevas propuestas de negocio y asentar pobladores, locales o venidos de fuera, en torno a propuestas ilusionantes e ideas impulsadas por los vecinos y por los animadores de los programas. Se consiguió también un cierto asentamiento de población, que compensó en alguna medida el creciente despoblamiento. Además, la diversificación de la economía se llevó a cabo con sinergias entre todos los sectores y, frecuentemente, con la colaboración entre actividades que a priori tenían poco en común.

Todo esto se ha puesto en riesgo en muy poco tiempo con la llegada de un Mr. Marshall con maravillosas propuestas desarrollistas para el mundo rural, en forma de aerogeneradores que pretenden llenar los espacios naturales, sobre todo las montañas. Los promotores de los macroproyectos eólicos anuncian que crearán mucho empleo, asentarán pobladores y llenarán también las arcas de los ayuntamientos. En paralelo, se practica la estrategia de denostar las actividades de diversificación promovidas con fondos europeos por no haber generado suficientes recursos en los pueblos y no haber solucionado la despoblación.

Sin embargo, este brusco y trascendental cambio de rumbo no se ha explicado a la ciudadanía. No se ha pedido opinión ni se ha llevado a los órganos de participación en el desarrollo rural. Es llamativo que, ante esa «gran oportunidad», ante ese «último tren» que se anuncia para las poblaciones que formaban parte de los programas de desarrollo, no se hayan producido reuniones de los grupos locales y propuestas de trabajo conjunto para la implantación y la aceptación social del nuevo “maná”. Semejante avalancha de actividades industriales, poco o nada compatibles con el medio y con las actividades generadas durante los treinta años del programa LEADER, trata de imponerse sin el más mínimo debate.

Se ha puesto en entredicho lo que durante décadas había llenado la boca de los gestores públicos, que era la estabilización del medio rural y la generación de cientos de puestos de trabajo desde lo local y con empresas del territorio. La integración con el medio y el respeto al patrimonio como valor esencial quieren ser sustituidos ahora por una industrialización incluso de los espacios protegidos. El protagonismo en el desarrollo local pretende traspasarse de manos de los residentes a grandes empresas y fondos de inversión radicados muy lejos. Al gran capital no le gusta nada la participación ciudadana, ni los consensos, y ni tan siquiera los procesos democráticos, aunque alardeen de ponerlos en práctica.



Javier Oquendo

Plataforma a Favor de los Paisajes de Teruel

Colectivo Sollavientos