viernes, 17 de abril de 2020

TERUEL, TIERRA REVOLUCIONARIA






"...dándonos consejos que no leyéramos tanto, único medio para no ir a la cárcel y para que no nos faltara trabajo".
(Solidaridad Obrera, 12-8-34; relato del asalto de guardias civiles a domicilios de militantes de la CNT en Alcorisa).

Aunque el título, La Tierra Baja en Llamas, de un reciente libro muy bien investigado y escrito por Fermín Escribano Espligares y Lluís Rajadell Andrés pueda parecer algo espectacular, el elevado interés de su contenido y la emoción de su lectura no se resienten un ápice. La obra aborda un episodio histórico poco conocido y eclipsado por la guerra y la dictadura posteriores: el levantamiento anarquista de 1933 en la provincia de Teruel. La breve ‘Revolución de diciembre’ surgió en la ciudad de Zaragoza y se extendió por Aragón y La Rioja, Cataluña, Andalucía, Extremadura y la cuenca minera de León. Fue abortada por el ejército. Escribano desarrolla la crónica de los hechos acaecidos en las localidades del Bajo Aragón Alcañiz, Alcorisa, Calanda, Foz Calanda, Mas de las Matas, Aguaviva, Belmonte de Mezquín, Castelserás y Valdealgorfa. Remata su narración con un extenso catálogo de sus fuentes documentales y bibliográficas. Rajadell, por su parte, en un estilo más novelado, hace lo propio con su pueblo, Valderrobres, y con el vecino Beceite, del Matarraña. Otros pueblos de la comarca también están implicados: Calaceite, Cretas, Fórnoles, La Fresneda, Mazaleón y Torre del Compte.

En este momento, el panorama social, económico y laboral estaba presidido por unas ‘penosas condiciones de vida a las que estaba sometida la gran mayoría de la población formada por jornaleros y pequeños agricultores’. La consiguiente conflictividad política y social había aumentado la población de las     cárceles españolas de 3000 personas en 1929 a 33000 en 1933.

Aparte de las ilustraciones fotográficas agrupadas de militantes de la CNT (sindicato de abrumadora presencia en la zona), de documentos y edificios de la época, el volumen se completa con un tercer apartado en el que figuran las listas y bases de datos de los centenares de detenidos, condenados y presos, y la de los heridos y muertos de cada uno de los pueblos concernidos (todos hombres, menos una niña, herida de bala, Adela Espallargas).


Leyendo la obra con ojos cinéfilos es fácil vislumbrar el guión de una atractiva película de crítica político-social ‘basada en hechos reales’ con sus secuencias de acción, intriga, tensos diálogos, humor,  juicios, detenciones, cárceles, malos tratos…Entre las cuales se encuentran: el tiroteo entre insurgentes y guardias civiles atrincherados en el cuartel de Valderrobres y el bombardeo del mismo; el izado en el balcón del Ayuntamiento de Mas de las Matas y en los de Valderrobres y Beceite de la bandera rojinegra  de los dos triángulos acoplados (el rojo y el negro que copió la de la Falange Española); obreros y agricultores sumándose a la revuelta blandiendo garrotes y horcas; la huida por una azotea del párroco de Valderrobres con su sirvienta; el lanzamiento al río Matarraña de dos gigantes (rey y reina) y los cabezudos en el mismo lote; palizas de la guardia civil a vecinos supuestamente implicados; hacinamiento de presos en el lóbrego calabozo de Valderrobres…
Los auténticos adalides del más puro espíritu republicano (libertad, igualdad, fraternidad) fueron durísimamente represaliados por las fuerzas armadas y judiciales de la República española por partida doble: por la jurisdicción civil y por la militar (por ‘insulto a la fuerza armada’).

La guerra y la materialización de las ´Colectividades’ agrarias anarquistas  no tardarían mucho en llegar a muchas de estas poblaciones y a más.  

Gonzalo Tena Gómez
 Colectivo Sollavientos


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