"...dándonos
consejos que no leyéramos tanto, único medio para no ir a la cárcel y para que
no nos faltara trabajo".
(Solidaridad
Obrera, 12-8-34; relato del asalto de guardias civiles a domicilios de
militantes de la CNT en Alcorisa).
Aunque el título, La Tierra Baja en Llamas, de un
reciente libro muy bien investigado y escrito por Fermín Escribano Espligares y
Lluís Rajadell Andrés pueda parecer algo espectacular, el elevado interés de su
contenido y la emoción de su lectura no se resienten un ápice. La obra aborda un
episodio histórico poco conocido y eclipsado por la guerra y la dictadura
posteriores: el levantamiento anarquista de 1933 en la provincia de Teruel. La breve ‘Revolución de diciembre’
surgió en la ciudad de Zaragoza y se extendió por Aragón y La Rioja, Cataluña,
Andalucía, Extremadura y la cuenca minera de León. Fue abortada por el
ejército. Escribano desarrolla la
crónica de los hechos acaecidos en las localidades del Bajo Aragón Alcañiz,
Alcorisa, Calanda, Foz Calanda, Mas de las Matas, Aguaviva, Belmonte de
Mezquín, Castelserás y Valdealgorfa. Remata su narración con un extenso
catálogo de sus fuentes documentales y bibliográficas. Rajadell, por su parte, en un estilo más novelado, hace lo propio
con su pueblo, Valderrobres, y con el vecino Beceite, del Matarraña. Otros
pueblos de la comarca también están implicados: Calaceite, Cretas, Fórnoles, La
Fresneda, Mazaleón y Torre del Compte.
En este momento, el panorama social,
económico y laboral estaba presidido por unas ‘penosas condiciones de vida a
las que estaba sometida la gran mayoría de la población formada por jornaleros
y pequeños agricultores’. La consiguiente conflictividad política y social
había aumentado la población de las
cárceles españolas de 3000 personas en 1929 a 33000 en 1933.
Aparte de las ilustraciones
fotográficas agrupadas de militantes de la CNT (sindicato de abrumadora
presencia en la zona), de documentos y edificios de la época, el volumen se
completa con un tercer apartado en el que figuran las listas y bases de datos de
los centenares de detenidos, condenados y presos, y la de los heridos y muertos
de cada uno de los pueblos concernidos (todos hombres, menos una niña, herida
de bala, Adela Espallargas).
Leyendo la obra con ojos
cinéfilos es fácil vislumbrar el guión de una atractiva película de crítica
político-social ‘basada en hechos reales’ con sus secuencias de acción,
intriga, tensos diálogos, humor,
juicios, detenciones, cárceles, malos tratos…Entre las cuales se
encuentran: el tiroteo entre insurgentes y guardias civiles atrincherados en el
cuartel de Valderrobres y el bombardeo del mismo; el izado en el balcón del
Ayuntamiento de Mas de las Matas y en los de Valderrobres y Beceite de la
bandera rojinegra de los dos triángulos
acoplados (el rojo y el negro que copió la de la Falange Española); obreros y
agricultores sumándose a la revuelta blandiendo garrotes y horcas; la huida por
una azotea del párroco de Valderrobres con su sirvienta; el lanzamiento al río
Matarraña de dos gigantes (rey y reina) y los cabezudos en el mismo lote;
palizas de la guardia civil a vecinos supuestamente implicados; hacinamiento de
presos en el lóbrego calabozo de Valderrobres…
Los
auténticos adalides del más puro espíritu republicano (libertad, igualdad,
fraternidad) fueron durísimamente represaliados por las fuerzas armadas y
judiciales de la República española por partida doble: por la jurisdicción
civil y por la militar (por ‘insulto a la fuerza armada’).
La guerra y la materialización
de las ´Colectividades’ agrarias anarquistas
no tardarían mucho en llegar a muchas de estas poblaciones y a más.
Gonzalo Tena Gómez
Colectivo Sollavientos
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