El Boletín oficial de Aragón publica la resolución de 18 de julio de 2025, de la Dirección
General de Energía y Minas, sobre la solicitud del permiso de investigación “Maestrazgo” para
el almacenamiento geológico de dióxido de carbono. Esta actividad avala el hecho de seguir
quemando combustibles fósiles y secuestrar el CO 2 generado, transportándolo por
gaseoductos o en camiones a una planta desde donde se inyectaría en el subsuelo a altísimas
presiones para que llegara a un estado líquido-pastoso en el que se supone que permanecerá
atrapado para siempre en un almacén geológico estanco. En este caso la inyección se realizaría
en los términos de Villarluengo o Tronchón, o Mirambel o Cantavieja o Cañada de Benatanduz,
que son los municipios sobre los que se proyecta.
Se trata de una clara propuesta surgida desde el tecno-optimismo y la visión economicista de la
empresa que la pretende, pero la realidad es siempre más compleja : las capas subterráneas
no siempre son estancas al cien por cien y pueden existir fisuras por donde se fugue el dióxido
de carbono capturado, así como también pueden darse movimientos estructurales del terreno
que provoquen la fuga del gas al exterior.
Este proyecto no es nuevo en el Maestrazgo, pues ya a finales del siglo pasado se habló de
capturar CO 2 de la Central de Andorra para inyectarlo en el subsuelo mediante una tubería que
llegaría hasta los términos de Ejulve o Villarluengo. La opción fue descartada por los costes y
por la falta de consistencia científica, pues la captura no estaba garantizada y se podían
producir fugas. Luego ya se planteó el cierre de la Central y todo quedó en uno de los muchos
proyectos prometidos como el maná para salvar a los habitantes de estos territorios remotos.
Este nuevo proyecto para el Maestrazgo, un territorio con los valores naturales excepcionales
que han quedado puestos en evidencia al analizar otras propuestas planteadas, seguro que
nos lo querrán vender como fuente de inversiones y riqueza, como hacen siempre las
empresas que buscan enriquecerse con ellos. Es algo que nadie se atrevería a plantear en la
sierra de Madrid, por ejemplo, pero sí en una comarca de Teruel donde parece que nadie se va
a oponer, donde los espacios naturales se quieren poner al servicio de especuladores y
desarrolladores de proyectos confusos y potencialmente peligrosos, que degradan
significativamente los valores naturales.
Sin tener aún los datos totales del proyecto, pero con la referencia de otras propuestas
similares o estudios presentados en otras zonas, se puede afirmar que es perjudicial para el
Maestrazgo y supone un significativo deterioro. Éste se sumaría a la hipotética implantación
desordenada de centrales eólicas, que juntos podrían aportar economía a las arcas
municipales, pero no revertir la despoblación.
Desde Sollavientos apostamos por proyectos endógenos respetuosos con el medio ambiente y
el paisaje y rechazamos los proyectos no contrastados de empresas sin escrúpulos cuya única
finalidad es enriquecerse y experimentar en zonas que no les pongan trabas y se pueda
generar poco rechazo social.
Gonzalo Tena Gómez - Colectivo Sollavientos
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