viernes, 9 de noviembre de 2012

El oro negro y la Fractura hidráulica.

Ilustración: Juan Carlos Navarro*

Javier Oquendo*

Cuando alguna empresa o actividad insinúa una mínima posibilidad de instalarse en la provincia de Teruel y crear algún puesto de trabajo, la noticia se difunde por todos los medios, y las fotografías con el empresario de turno o con  alguna imagen de la empresa se graban en la portada de los periódicos locales y regionales. Luego, los puestos siempre se quedan en la mitad, en el mejor de los casos, y la cuantía  de la inversión no llega a conocerse.

Por ello resulta muy sorprendente que  una actividad de extracción de gas natural o petróleo en la Comarca del Maestrazgo, que ya apareció con profusión en las portadas de los periódicos de los años 80 del siglo pasado, que se supone creará algún puesto de trabajo y generará unos buenos ingresos a las maltrechas arcas municipales, tan sólo aparezca en el Boletín Oficial y en una difusa noticia del Heraldo. Me parecería más acorde con la lógica que los titulares fueran en la dirección de “ya somos el Nuevo Kuwait” o “que tiemblen los Emiratos Árabes”.

La única explicación a este silencio es el método de extracción que se pretende utilizar. En las primeras prospecciones se explotaba petróleo convencional para ser explotado por métodos tradicionales, que es simplemente por la presión del aire, y por eso se lanzaron las campanas al vuelo. Ahora es un sistema llamado Fracking o en castellano “fractura hidráulica”, con el que se consigue extraer hidrocarburos de rocas muy poco permeables en las que hasta ahora no era rentable su extracción. El método  consiste en realizar un sondeo vertical hasta la roca que contiene el gas o petróleo y luego otro horizontal en la misma, para inyectar agua a presión con arena y aditivos  químicos que fractura y corroen la roca y permiten que el hidrocarburo pueda ser extraído con facilidad y con un rendimiento alto.
Hasta aquí ningún problema, solo que hace falta una gran cantidad de agua, que además va inyectada con productos químicos muy tóxicos que contaminan el suelo y los acuíferos, dejando las reservas hídricas muy mermadas y contaminadas. Esta debe ser la causa por la que algunos países como Francia y algunas comunidades autónomas como Cantabria y muchos municipios de Burgos y Álava se han declarado en contra del mismo, y en países como Estados Unidos, donde se viene utilizando desde hace unas décadas, se han detectado graves daños en las aguas de consumo humano.

Alguien se preguntará el porqué de la paralización de las exploraciones en los años 80 y su reanudación  en este momento. La   razón es  sencilla como recurrir al precio del gas  y del petróleo en aquellos años y en este momento, que está multiplicado por diez. Lo que entonces no era rentable por el precio de venta, en estos momentos sí que lo es. Pero para quien no sigue siendo rentable es para los habitantes de los territorios donde se realizan las perforaciones, por muchos puestos de trabajo que se creen y muchos ingresos que se aporten a los municipios;  es un poco de pan para unos años y mucha hambre para el futuro, ya que no existe vida sin agua o con aguas muy contaminadas.

Quizás en estas reflexiones esté la causa del silencio en los medios y por parte de las autoridades, pues si se explica y se sabe lo que se va a hacer, es posible que los habitantes de esas localidades no estén dispuestos a pagar un precio tan alto a cambio de unas migajas. Se puede pensar que es una opinión de algunos agoreros que sólo ponen problemas, pero invito a una investigación en cualquier buscador de Internet y cada cual que juzgue, pero con criterio.

*Colectivo Sollavientos


Artículo en el Diario de Teruel:


¿Que es el fracking?

1 comentario:

Fer dijo...

Efectivamente de todo esto saben mucho en el norte de Burgos y en toda la zona de Merindades, cañones del Ebro y Cantabria. Llevan años ya luchando contra estas empresas que saltan como garrapatas en busca del negocio rápido y a otra parte. Hay todo una masa social frente a ellos y un movimiento anti fracking como atestiguan las numerosas pegatinas y carteles que hay en todos los pueblos de las comarcas entre Burgos y Cantabria.