martes, 1 de septiembre de 2015

“TIERRA”, UN DISCO REDONDO







Gonzalo Tena Gómez*


Redondo, por supuesto,  en el sentido de completo, magnífico, difícilmente superable;  una joya poético-musical bien pulida, a la  que,  de momento, solo le faltarían coreografías, que tradujeran en lenguaje corporal la armonía musical del Universo (al tiempo). Su predecesor es “Agua” (Monte Solo, 2007) y, a la espera, quizá,  de “Aire”, es redondo como aquel,  por diversas razones:
Porque en el prólogo de su “libreto”, el sabio del cuidado de la Naturaleza, Joaquín Araújo, nos orienta hacia la cultura de la hospitalidad, que dimana de la que nos dispensa nuestro querido, rocoso - y frágil a la vez-, y castigado planeta azul, y nos anima a conjugar activamente el verbo “atalantar”, en su acepción de ofrecer cuidado y acogida. Hace unos años, el poeta Francho Nagore ya se hacía eco del sentimiento de correspondencia hacia su pequeña tierra aragonesa:
                                        M’aima ra polideza d’ista tierra,
                                        aspra a ormino, uei toba mai
                                        que apara a os suyos fillos,
                                        chardín amoroso que imbita a ra bida.
Porque propaga el ideario del manifiesto “Geología para una Nueva Cultura de la Tierra”, pronunciado por primera vez en Aguilar del Alfambra (Teruel), en el que “se expresa la necesidad de que nuestra ‘sociedad del conocimiento’ comience a ver la Tierra con una mirada distinta: no como una simple fuente de recursos materiales, sino como un recurso cultural  en sí misma, depositaria de una sabiduría que hemos de asimilar si queremos subsistir como especie”: La Geología se hermana con la Ecología.
Porque en esta obra se ha llevado a cabo por primera vez un experimento geológico-musical, convirtiendo fragmentos de series estratigráficas en armoniosas tonadas que sirven de acompañamiento a la recitación de hermosos y vibrantes poemas: por fin la “Música de las Esferas” ya está al alcance de nuestros oídos.
Porque en la plasmación de los poemas y canciones están representadas las tres lenguas aragonesas ( dos de Teruel):  castellano, catalán y aragonés.
Porque en las ilustraciones de las piezas musicales ha participado un amplio ramillete de artistas gráficos y fotógrafos, entre los que destaca la sensibilidad de Uge Fuertes, en la captación de las dendritas ocres y negras de las placas calizas y en la de vaporosos paisajes invernales nevados. Porque, en suma, el disco-libro es el producto de una extensa participación coral en todos sus aspectos, que ha respondido positivamente a la iniciativa del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza. Así su participación recitativa y musical se nutre de voces e instrumentistas de Teruel, del resto de Aragón y de más allá, incluida la de Joan Manuel Serrat, que interpreta “Pare” en su versión más reciente, ese emotivo lamento (“… que estan matant la terra…”). El armazón musical del producto corre a cargo del grupo zaragozano  O’Carolan, con exóticas reminiscencias irlandesas.
Porque en su repertorio aparece “Paisaje interior”, una bella canción cuyo empaque no desmerece el convertirse en un himno de Teruel, desde las sierras y altiplanos callados hasta donde redoblan los tambores en tierras más bajas.
Porque al escuchar los poemas y canciones, no podréis dejar de emocionaros, a no ser que vuestro corazón se encuentre en proceso de fosilización. “Tierra” es un CD redondo como la propia Tierra que bien podría girar en vuestros reproductores; el regalo ideal para recuperar amistades perdidas (podéis adquirir la grabación, entre otros sitios, en la librería Senda de Teruel y en la librería Cálamo de Zaragoza).


* Colectivo Sollavientos








 

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