lunes, 29 de mayo de 2017

CRÓNICA DE LA 2ª CHARLA (“LA MINERÍA DE ARCILLA EN EL TERUEL INTERIOR”)






 Gonzalo Tena Gómez*


En el pabellón de la Cámara de Comercio de Teruel  se enfrentaban a la sinrazón especulativa medioambiental, en el mismo lado de la  red, raqueta argumental en mano, sobre pista de tierra (o mejor, arcilla) batida, la pareja complementaria y muy bien compenetrada de tenistas sollaventeros Ivo Aragón  y José Luis Simón (JLS), que dirigieron sus enérgicos servicios, voleas envenenadas, dejadas y certeros smatches, hacia su contrincante, contra el cual nos quedan unos cuantos encuentros más hasta asegurar la victoria definitiva en este Grand Slam. En las gradas, 45 pares de ojos y oídos fijos expectantes, un público claramente decantado.

Pero dejémonos de coñas tenísticas y vayamos al  grano sintético del asunto.

Para hacer boca, la presentación del hermoso audiovisual sobre el disco-libro “Tierra”, con danza de Clara Gastón incluida. Pase de las ilustraciones paisajísticas de Juan Carlos Navarro.


Ivo comenta el foco preferente de Sollavientos en el Teruel Interior.

JLS “despliega” el mapa general de las explotaciones de yacimientos de arcillas en la provincia. Nos habla de tres tipos de arcillas: 1 La de toda la vida, destinada a la producción de tejas y ladrillos; 2 La arcilla de pasta roja, destinada a la obtención de gres, con canteras en Galve y Riodeva, y 3 La arcilla de pasta blanca, con yacimientos en explotación en Crivillén, Estercuel y Berge. La potente industria cerámica de La Plana de Castellón (90 % de la producción nacional y 10% de la mundial, con claras expectativas de crecimiento) es la que requiere nuestras arcillas. 

Ivo nos explica el impacto socio-económico de la minería de arcillas actual en Teruel, interpretando unas gráficas clarificadoras. En Galve, por ejemplo, la apertura del chandrío, perdón, de la explotación en 1980, a pesar del empleo inicial de 20  personas y 5 camiones (actualmente ya no trabaja en ella nadie del pueblo y son la ganadería extensiva y el patrimonio paleontológico sus principales recursos económicos),  no corrige la tendencia de disminución de la población. En cuanto a las expectativas económicas, se debe tener  en cuenta que la arcilla es una materia  prima barata y que en nuestro territorio no existe industria asociada a las extracciones.

El caso de Aguilar, con una base de población envejecida e inactiva, presenta -en los sectores agrícola, ganadero y forestal- una tasa de actividad mayor que en Riodeva, donde la multinacional Sibelco está empleando a gente del pueblo. La fábrica de quesos “Hontanar” en  Aguilar, ocupa a 10 habitantes de un censo total de 62. En Riodeva, por el contrario, están a expensas de los contratos de Sibelco, que ha tenido al pueblo en vilo por la posibilidad de cierre de la mina (finalmente ha reducido la plantilla de 24 a 19 trabajadores). En este pueblo ha habido una desincentivación  de otras iniciativas económicas por la dependencia de una fuente única de empleo. En Castellote, 6 minas de arcilla blanca ocupan a solo 2 trabajadores.

Puede concluirse que la minería de arcilla en Teruel:
No genera población
No rejuvenece la población
No genera economía, en general 

JSL “sirve” el impacto medioambiental de esta actividad. Menciona las cicatrices, impactos severos recurrentes –históricos- en el paisaje. La minería de arcillas a cielo abierto en Teruel viene caracterizada por:
1.    Proyectos deficientes (elaborados con desidia). En el del Valle de Santilla (Aliaga) se patentiza el desconocimiento geológico, el Estudio de Impacto Ambiental desprecia el paisaje y el patrimonio y forma de vida del lugar. Supone excavar una zanja de 1 km de larga por 100 m de ancha y unos 50 m de profundidad. Ignora el quejigar y habla de “poca diversidad vegetal y animal”.
2.    Planes y técnicas de restauración deficientes y que se incumplen sistemáticamente. En Galve, de las 60 ha ocupadas, solo un 10% se ha restaurado eficazmente.



José Manuel Nicolau, experto en restauraciones mineras, indica que restaurar es dificilísimo, ya que se producen afecciones a la vegetación, al suelo y al subsuelo. Indica que la administración habría de tener en cuenta la minería prescindible y elaborar una planificación de áreas susceptibles de explotación, con otras de exclusión por sus valores medioambientales y paisajísticos. Esto favorecería las explotaciones sin oposición ni conflictividad social.  La restauración supone crear un ecosistema (p. e., un bosque), que dé servicios a la comunidad. Las empresas explotadoras no disponen de técnicos preparados en restauración.

JLS expone las dificultades intrínsecas para una explotación sostenible. Las arcillas de pasta roja, de poco valor económico, son fáciles de extraer y presentan poco estéril, lo cual imposibilita el relleno de los huecos generados. La herida de Galve es la más profunda y significativa.  Las arcillas de pasta blanca, presentes en la Formación Utrillas, solo se aprovechan en un 20 o 30% (por tanto disponen de más material de relleno). Se pagan bien: de 30 a 90 euros por tonelada, pero las empresas se encuentran con diferentes problemas a la hora de decidir el volumen  de extracción: no se sabe lo que se va a sacar, ni lo que van a pedir las industrias cerámicas, si no cambiarán de proveedor, el mercado es volátil, etc. La restauración debería hacerse a la vez que avanza la explotación, lo cual es una  quimera. Las canteras junto al embalse de Santolea, en Castellote, configuran un auténtico caos visual en la progresión de la explotación. En las webs de las empresas, por el contrario, todo es fantástico. 

De cara al futuro hay que afrontar los 15 nuevos proyectos que se ciernen sobre la piel del Teruel Interior: Aguilar, Allepuz, Villarroya, Camarillas, Aliaga… ¿Una nueva cuenca minera en el Alto Guadalope y en el del Alfambra? Está pendiente el cálculo de su extensión total.

Ivo expone el conflicto que enfrenta al David de la Plataforma Aguilar Natural con el Goliat de la multinacional Sibelco, con el despacho de Garrigues Walker a favor del gigantón. La falta de implicación de la administración es manifiesta. La condena de Sergio y de él mismo por un juzgado de Teruel –por criticar una sentencia favorable a la empresa- vulnera el derecho humano a la libertad de expresión. El caso está ahora en manos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Incluso en África y América Latina se reconocen los derechos de los pueblos indígenas a salvaguardar sus tierras, no así en Teruel. Ciertamente, los problemas ambientales generan conflictividad social.






Se inician las intervenciones del público.

Se cuestiona la actual y obsoleta Ley de Minas, que favorece los intereses empresariales en detrimento de los municipios y los particulares, considerando la arcilla un bien de interés público y no reconociendo la propiedad del subsuelo ligada a la del suelo, lo que aboca a expropiaciones forzosas. En todo caso hay autonomías menos permisivas: Madrid, Comunidad Valenciana.
Se indica que los municipios han de ser los gestores de sus propios recursos. Se echa de menos la presencia de miembros de la DGA en el acto. 

Se insiste en la necesidad de un plan de ordenación minero-ambiental, prometido hace tiempo por los gestores públicos y desestimado posteriormente porque “es muy complicado de hacer y no hace falta”. Al menos ya disponen de un vehículo todoterreno para efectuar inspecciones. Se comenta el temor de los funcionarios a verse denunciados por las empresas. Maribel menciona la conflictividad inicial en Galve ante la diferente actitud de los propietarios a la hora de vender sus fincas.

En todo caso, ¿no será normal lo que está pasando en un país que –mientras no lo cambiemos- funciona como ya todos sabemos?

Ovación final y a la calle.


*Colectivo Sollavientos 






1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por contribuir a defender la Naturaleza y el paisaje. Así como por plantar cara a estos proyectos depredadores.

Todo mi ánimo.