Autor: Gonzalo Tena Gómez*
Dos púgiles, Alejandro y Sergio, semblante sonriente, con
calzón del mismo verde ecologista-esperanza, categoría peso pesado en sus
respectivas especialidades (Geografía y Física respectivamente), aguardan en
los taburetes esquinados del cuadrilátero de la Cámara de Comercio de Teruel.
Suena la campana, ¡segundos fuera! ¡Primer asalto!…Pero,
¿nos dejaremos de coñas boxísticas e iremos al grano sintético del asunto?
Necesariamente: el desarrollo sosegado de la charla al alimón va a invalidar
esta introducción de aparente combate, transformado en debate.
Sergio Chueca defenderá la teoría del cambio climático
originado por las actividades humanas con los siguientes argumentos:
Los datos de la temperatura de la superficie terrestre y
oceánica, combinados y promediados globalmente, muestran un calentamiento de
0,85º C durante el período 1880-2012. A pesar de que el clima cambia por causas
naturales, se observa una aceleración actual sin precedentes.
Las causas de la evolución climática pueden ser externas
(ciclos de Milankovitch, variaciones en la irradiancia
solar, impacto de meteoritos) e internas (vulcanismo, aerosoles, concentración
de gases de efecto invernadero, cambios en la superficie terrestre).
El efecto invernadero es un fenómeno natural de retención
del calor del Sol en la atmósfera, potenciado por las emisiones humanas, que
han aumentado un 70% desde 1970. Una gráfica muestra la correlación entre las
temperaturas globales y la concentración de CO2 en las últimas
décadas, proveniente de la combustión del carbón y el petróleo. Otros gases
causantes son: el óxido nitroso (N2O), procedente de la agricultura,
ganadería y vertederos; el metano (CH4); los hidrofluorocarbonos
(HFC), que se generan industrialmente; los perfluorocarbonos (PFC), usados en
frigoríficos y aire acondicionado, y el hexafluoruro de azufre (SF6).
La “evidencia” de la teoría del Cambio Climático antropogénico
viene avalada por la autoridad científica del Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), Premio Nobel
de la Paz en 2007, a cuyos informes se atribuye un enfoque científico cauto y
riguroso en sus conclusiones. Su Cuarto Informe de Evaluación (AR4) concluye
que el calentamiento global se debe a la actividad humana; si las temperaturas
aumentan más de 2ºC, los efectos pueden ser bruscos e irreversibles; todavía
estamos a tiempo de mitigar el cambio climático o adaptarnos a él; ya existen
nuevas tecnologías útiles a este respecto, viables económicamente, pero hace falta actuar con urgencia.
El posible impacto en Teruel sería la desertificación,
dentro del área afectada del Sur y Este de la península. La sequía y las olas
de calor, pueden ser un aviso y también la causa del aumento de los incendios
forestales.
Además, el valioso pino moro (Pinus uncinata), que tiene en la Sierra de Gúdar su hábitat más
meridional de Europa, sería sustituido por otras especies menos tolerantes a
las bajas temperaturas: el negral y el albar.
Muchas sencillas acciones cotidianas son primordiales
para contrarrestar la amenaza expuesta: reciclar, ahorrar energía (desenchufar
aparatos) y agua, plantar árboles, usar la bicicleta y el transporte colectivo,
etc.
Por supuesto, que las medidas institucionales -estamos a
la espera- son imprescindibles, en torno
a la adopción de energías limpias y a la descontaminación ambiental.
Para Alejandro Pérez, la causalidad humana del Cambio
Climático no deja de ser una hipótesis todavía,
y se basa en que no se están utilizando las metodologías adecuadas para la
reconstrucción paleoclimática (la evolución del clima en épocas remotas); las
predicciones de los modelos del IPCC no se ajustan a lo observado y sus modelos
no se ajustan en todas las capas atmosféricas;
el polo Sur, con temperaturas en descenso, no se comporta como el polo
Norte, donde suben las temperaturas; en el periodo Cámbrico y otros periodos
geológicos había mucho más CO2 en la atmósfera que en la actualidad,
y era posible la vida en la Tierra; este gas, el dióxido de carbono, tiene un
efecto de saturación (a partir de una determinada concentración se estabiliza su
aportación al efecto invernadero; existen otras posibles explicaciones del
fenómeno (el viento solar modula la magnetosfera, la entrada de rayos cósmicos,
la nubosidad baja y, en definitiva, el albedo terrestre y las temperaturas).
Coincide el segundo ponente con el primero (en frecuente
diálogo), en la necesidad de adoptar medidas urgentes, sin dejar que el posible
problema lo solucionan las futuras generaciones, y basándose en el principio de precaución.
Llega el debate de la asistencia. Se relacionan el
protocolo de Kioto y Lehman Brothers; se menciona la acidificación de los
océanos; la contaminación de Madrid; la imposibilidad de modelizar la
naturaleza; el vapor de agua como principal gas de efecto invernadero; el uso
interesado del lobby nuclear y de Mrs.Thatcher del calentamiento atmosférico, quizá
de los países desarrollados para frenar el desarrollo de los emergentes o
pobres; la desproporción entre el protagonismo del CC en la opinión pública y
la ausencia de medidas de precaución; el cambio global; los efectos de las
duplicaciones de la energía utilizada; la intervención de la comunidad
científica en el uso eficiente de los recursos…
*Colectivo Sollavientos
Vicente Aupi, autor de numerosas publicaciones sobre el tiempo, el clima y las costelaciones estelares, dedico su columna diaria del periódico Levante a esta charla:
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