jueves, 29 de julio de 2021

ARTE EN EL PARQUE CULTURAL DEL CHOPO CABECERO DEL ALTO ALFAMBRA. PATRIMONIO POR CATALOGAR

 

Nadie podrá negar que los estilos arquitectónicos mudéjar, gótico, neoclásico o barroco –preferencias individuales aparte- son admirables. Así como sus correspondientes correlatos escultóricos y pictóricos. Decir que podemos admirarlos ‘en casa’, ligados a nuestra historia local, puede parecer más aventurado. Sus manifestaciones no son tan famosas como las de las grandes ciudades, pero, a su escala local, igual de importantes, por su valor intrínseco y por la conexión directa con el paisanaje (las grandes obras urbanas nos resultan más ajenas). O sea, que sí, lo tenemos en nuestros ‘pequeños’ pueblos, esperándonos para darnos algunas sorpresas. Las primeras cuestiones que se suscitan son: ¿esto por qué está tan descuidado?, ¿por qué no se valora adecuadamente?, ¿por qué no se preserva?, ¿por qué no se promociona y se le saca partido?

El 24 de julio de 2021, dentro del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, se llevó a cabo un itinerario de patrimonio artístico en tres de sus localidades de la mano apasionada de Belén Boloqui, vestida de ‘sacerdotisa’ y de Lucía Pérez, sombrero de ala ancha, ambas de la Asociación-Acción pública para la defensa del patrimonio aragonés (APUDEPA), y la colaboración de Luis Miguel López, de la Asociación cultural Camerón de Camarillas. Un grupo de una sesentena de personas con representación de La Habana, respetando las medidas antipandemia,  nos congregamos para visitar la iglesia de la Asunción de Jorcas, la ermita de la Virgen del Campo de Camarillas y la iglesia de la Asunción de Galve.  

             

                  

El templo parroquial de Jorcas, fue construido en el siglo XVI por el maestro de obras Roque de Xado, derrocado el anterior. Presenta una elegante fachada manierista con la originalidad del parteluz de la entrada. En su interior, la bóveda es de crucería gótica y sus elevadas ventanas están adornadas de pinturas que imitan la rocalla barroca. Francisco Moya, escultor local, sería el autor de sus retablos destruidos. Cabe preguntarse, hasta dónde hubiera llegado la suntuosidad interna y la calidad de la imaginería en caso de no haber sido saqueada. Estamos ante un bien inventariado.

 

              

 El santuario Virgen del Campo, cerca de Camarillas, sede de la Cofradía de los Ballesteros fundada en 1374, está constituido por un magnífico conjunto arquitectónico: la ermita Vieja, gótica, de los s. XIV  y XV, en estado lamentable, con pinturas polícromas, su retablo desaparecido; una Lonja comercial porticada renacentista; la torre mudéjar, del XVI, necesitada de un buen remiendo restaurador; un patio empedrado cubierto por las hierbas con la basa de un peirón arrancado que tenía un capitel gótico en el remate; la ermita Nueva (s. XVIII), de tres naves, restaurada, con espectaculares pinturas al fresco en la cúpula del crucero representando la Coronación de la Virgen, atribuidas a la escuela de Bayeu, maestro de Goya. Desapareció un patio porticado en su lateral sur. Complementan el grupo la Casa del Ermitaño, hoy ocupada por un afable pastor cuyo rebaño de cabras y ovejas se agregó a la comitiva cultural, y una fuente con abrevadero de varios cuerpos excavados en piedra al servicio de la sed del ermitaño y su ganado. La catalogación oficial de Bien de Interés Cultural habría de servir para que este conjunto recibiera la atención y cuidado que merece, como si estuviéramos en Francia.

 

                  

Aparte de su pórtico renacentista, la sobriedad externa de la iglesia de la Asunción de Galve no deja adivinar la magnificencia de sus retablos. El principal, barroco, de estuco policromado es despampanante. Para escudriñar en varias sesiones. Estamos ante un Bien Catalogado por el gobierno autonómico.

Si a este programa le sumamos un sabroso yantar en buena compañía en Casa la Era (no voy a comisión), se ve que no hace falta coger un avión para montarse muy bien unos días de asueto. Hala pues.

Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos

 

 

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