miércoles, 2 de noviembre de 2011

NUESTRA EXPERIENCIA EN OLBA


El pasado sábado 29 hemos celebrado en Olba nuestra asamblea semestral del Colectivo Sollavientos. Hemos asistido Ángel Marco, Gonzalo Tena, Irene Andrés, Javier Oquendo, José Luis Simón, José Manuel Salesa, Manel Moya y Olga Estrada.







Olba y sus barrios forman un oasis sociológico y cultural en medio del oasis hidrológico y ecológico que representa el valle del Mijares incrustado en los páramos turolenses. También, un magnífico ejemplo de cómo puede hacerse realidad el “teletrabajo”. Aquí hemos tenido la ocasión de conocer de cerca el extraordinario proyecto empresarial de Toni Marín y Miracles, una pareja de mallorquines con tesón que editan desde allí la revista EcoHabitar y libros especializados sobre bioconstrucción y arquitectura bioclimática. A Ana y Jacinto, una pareja de valencianos que regentan con mimo y buen hacer el albergue del molino, nos han hecho pasar un muy grato fin de semana y disfrutar sus exquisitices culinarias con productos biológicos. A David Hammerstein, ex_eurodiputado que trabaja en Bruselas representando la voz de ochenta ONGs ante las instituciones europeas, y que vuelve a su casa de Olba cada vez que puede. A los amigos de la asociación Mijares Vivo, permanentemente preocupados por defender tanto la calidad de vida en su valle como la calidad de la convivencia entre personas y familias llegadas en su mayoría de fuera y que quieren echar raíces aquí.

Hemos conocido estas experiencias de nuevos pobladores en un territorio que se despoblaba. No es fácil para uno, ni para los antiguos ni para los nuevos residentes. En esta primera generación el principal obstáculo es conocerse y respetarse mutuamente, reconstruir un nuevo tejido social que requiere consenso en las pautas de su funcionamiento. Es muy seguro que el resultado pueda verse en la siguiente generación, los hijos de unos y de otros que decidan continuar. Es en ese momento cuando podrá evaluarse si se ha conseguido ese objetivo de
reconstruir el medio social y las bases económicas sobre las que sustentarse. Sin lugar a dudas, el que desde hace más de una década varios sigan en el empeño de intentarlo, el que todavía lleguen a su reclamo nuevos pobladores tratando de encontrar su lugar en el mundo, en ocasiones tan alejado de sus origenes; ese continuo fluir de agua de manantial abriéndose camino por el valle es un referente para todos los que pensamos que este mundo necesita un
cambio para poder continuar, y ese cambio ha de buscarse andando y no esperándolo.

1 comentario:

Salvador dijo...

Me alegro por Vuestros comentarios, un saludo desde el Mas de la Mateba en la otra orilla del Mijares.