Así es, una amenaza más llueve sobre los habitantes del
Maestrazgo. El fracking (extracción
de gas por medios no convencionales a través de la fractura hidráulica de las
rocas) es una amenaza desconocida por la mayoría de los habitantes y turistas
que lo visitan. De cada diez personas tan solo dos saben de qué se trata, y los
que han oído hablar, en la mayoría de los casos desconocen las consecuencias de
la implantación de esa práctica a largo
plazo, así como el rigor técnico necesario para integrarlo en el medio físico
sin riesgos para habitantes, flora y fauna.
Nuestros abuelos labraron las tierras, crearon los paisajes
humanizados típicos del Maestrazgo, plantaron árboles adaptados a las
condiciones ambientales de cada lugar, gestionaron las fuentes y los ríos,
levantaron construcciones mimetizadas con el entorno, con tejas y barro, en
cuyas oquedades anidaban una gran variedad de aves. Pero en las décadas de los
sesenta a los ochenta se fueron en busca de mejor calidad de vida, pues la
singularidad climatológica y orográfica del Maestrazgo representaba unas duras
condiciones para el mantenimiento de la población. Y una vez fuera se dedicaron
a trabajar en la industria que les remuneraba de manera fija y estable, algo
que en estas tierras era difícil de asegurar, pues en las actividades agrícolas
tradicionales su salario dependía del año en cuestión, las lluvias y los
pastos. La calidad y el modo de vida cambiaron de una manera tal que muchos
nativos optaron por vender las casas y aquellas tierras que fueron el sustento
de sus abuelos y de ellos mismos.
Y ahora nos encontramos con un problema que tiene su
germinación en aquellas décadas de emigración a las capitales. Estas personas que abandonaron el
territorio, y sus hijos nacidos ya en ciudades, andan desconectados de sus
raíces. Apenas nadie conoce a fondo el alcance de las consecuencias de las
actuaciones agresivas, que vienen ahora a grandes golpes y sorprenden
indefensos a sus actuales habitantes.
Y como no es bastante la desinformación existente, la
asignatura de Geología va perdiendo presencia en los planes de estudios de la
enseñanza secundaria. En cuanto pasen unas décadas más, será difícil que la
ciudadanía sea sensible a la previsión de los riesgos geológicos, a la
protección de los acuíferos o a la utilización con criterio de los recursos
naturales. Y así se llegará a un extremo de pérdida de conocimientos, de
adoctrinamiento hacia el olvido de la cultura campesina y toda la sabiduría de
nuestros abuelos. Digamos que estamos en una línea en la que nadie podrá
hablar, ni saber de lo que habla, cuando se refiere a las Ciencias de laTierra,
que son imprescindibles para gestionar adecuadamente los recursos y las
consecuencias nefastas e irreversibles de proyectos como el fracking.
Esto favorece a
grandes multinacionales, pues el hecho de que los habitantes estén sin información hace que no se puedan
defender ante cualquier proyecto. El desconocimiento de unas irreparables
consecuencias es lo peor que le puede suceder a un territorio, pues lo aboca a
su extinción. Y si bien las generaciones actuales están muy preparadas en las
nuevas tecnologías, no se pueden hacer proyectos cargados de maravillas desde
un ordenador en un despacho sin conocer la realidad, ni valorar el territorio
que nos fue legado en óptimas condiciones medioambientales.
Como medida de
protección se crearon los parques culturales. Un Parque Cultural es un espacio
singular de integración de los diversos tipos de patrimonio, tanto
material -mobiliario e inmobiliario-
como inmaterial. Entre el patrimonio material se incluye el
histórico-artístico, arquitectónico, arqueológico, antropológico,
paleontológico, etnológico, museístico, paisajístico, geológico, industrial,
agrícola y artesanal (véase ley
12/1997, de 3 de diciembre, reguladora de los Parques Culturales de Aragón). Si
el Maestrazgo es un Parque Cultural (además de un Geoparque, con varias figuras
de protección incluidas, como son varios Lugares de Interés Geológico en
tramitación y cuatro Monumentos Naturales, entre otras), ¿cómo es que no está
protegido contra el fracking?¿O es
que acaso estamos equivocados los habitantes que sospechamos de sus
consecuencias, y los que están detrás de estas figuras son los que realmente
defienden el territorio de una forma invisible que no percibimos?
Según la cita de En la
naturaleza no hay recompensas o castigos; hay consecuencias.
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