Vivimos momentos convulsos. La
ciudadanía tiene demasiados problemas y las amenazas se multiplican en épocas
de crisis económicas y sociales.
Lamentablemente, el descorazonador
panorama demográfico de nuestro Teruel Interior sufre el ataque incesante de
modelos de desarrollo de dudosa compatibilidad con el paisaje. El problema de
siempre es, como tantas veces se demuestra y critica, el ordenamiento. No se
puede decir que NO a todo. Pero tampoco se puede desarrollar cualquier proyecto
en cualquier sitio. Y, por supuesto, hay proyectos que son incompatibles con el
desarrollo socioeconómico del futuro de nuestras tierras (póngase el caso del fracking).
La incoherencia institucional se agrava
cuando las amenazas están a la vuelta de la esquina. Si se da un repaso a
cualquier web institucional, a cualquier discurso político que habla de nuestra
tierra, se da buena muestra de los “valores” citados una y mil veces. Dichos
valores se fundamentan en la tierra, en el paisaje, en el valor del medio
ambiente, en la sensibilidad de sus potencialidades y recursos, en la querencia
de sus gentes y visitantes por la historia, plasmada en su Paisaje Cultural,
heredero de siglos de actividad y presencia humana. La poética del paisaje es
al fin y al cabo la “marca de identidad” de estas tierras. Lo que se vende. Con
lo que nos venden. Y, como decía, en eso se basa el discurso político y
administrativo.
Entonces, si ese es su valor, ¿cómo es
posible que los mismos gestores y grupos de presión económica que hablan tan
alegremente de dichos “valores” sean los que vendan la tierra por cuatro duros?
La respuesta, por obvia, no la vamos a repetir. Cualquier persona formada y con
una sensibilidad por el paisaje y el paisanaje sería capaz, en un análisis no muy
profundo, de llegar a conclusiones similares a las que pensamos muchos.
El mismo mensaje incongruente e
hipócrita se utiliza para las políticas de “desarrollo rural”. Se predica justo
lo contrario de lo que se hace. Y así, se cierran colegios, se manipula a la
opinión pública urbanita con la típica opinión tabernaria de “están
subvencionados”… Los grandes partidos lo tienen claro. Y los bisagras también.
Colocan sus peones y les dan migajas en forma de subvenciones, poder (la
erótica del poder es sencilla pero efectiva en los que ¿nos representan?),
algún puesto de trabajo… Esto genera la fabulosa red clientelar de la cual
algunos partidos regionalistas son expertos. Aunque como decía no le van a la
zaga los grandes partidos, tampoco nos engañemos.
Poesía de interior que hace marca. Que
vende territorio e ilusión. Realidad política y de gestión burocrática, mandada
por el capital, que contrarresta cualquier discurso sentimental y de desarrollo
sostenible. Mientras tanto, agonizantes, los pueblos vacían sus casas y la
memoria colectiva pierde un elemento cultural indispensable para el futuro.
Mientras tanto, la soledad se apodera de la utopía, de los que luchan sin
descanso por sacar adelante su negocio, su casa, su rebaño, sus campos… La
manipulación, la falta de transparencia institucional y los devaneos políticos
acaban con nosotros. El Neocolonialismo está a la vuelta de la esquina.
Mientras tanto.. “se asoma en pradera al arma que pace / el blanco verso del
agua que canta / en horizonte oscuro al tiempo que escampe.(E.Jartillo)”
Víctor Manuel Guíu Aguilar,
Miembro del Colectivo Sollavientos
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