Publicado por Chabier de Jaime en http://www.naturaxilocae.blogspot.com
Probablemente sea el árbol monumental más conocido en el sur de Aragón.
Se trata de un pino negral o laricio (Pinus nigra ssp. salzmanni) monumental que crece en el término de Linares de Mora y que, al calor del desarrollo turístico de la sierra de Gúdar ha sido muy promocionado. Su fácil acceso en coche y la proximidad de una agradable área recreativa hace que reciba la visita varios miles de turistas cada año.
Sus dimensiones son notables en el marco geográfico e histórico en el que nos encontramos. Tiene un diámetro normal de tronco de 140 cm., una altura total de 23 m. y un diámetro de copa de 19 metros. Su copa no tiene el aspecto aparasolado que adquieren los viejos pinos negrales sino que, más bien, tiene forma globosa. Las ramas se concentran en el tercio superior del tronco, aunque muchas de ellas crecen hacia el suelo.
El árbol muestra un buen estado de conservación. Sus ramas tienen un lustroso follaje y el tronco tampoco presenta problemas mecánicos. En su base muestra cicatrices producidas tras la extracción de tea en el pasado.
En su entorno se ha construido un muro de piedra que no llega a contactar con el trono habiéndose rellenado de tierra y humus. Desconocemos la finalidad de dicha obra. El muro muestra una grieta que tal vez sea debida a la presión que ejerce la tierra sobre el muro que la encorseta al crecer en grosor el tronco.
Un pasillo anular de cemento cubre el suelo por fuera del muro. Pensamos que este tipo de construcciones alteran las características del suelo, reducen la infiltración y, sobre todo, perjudican a los organismos del suelo (hongos, invertebrados, bacterias) que conviven con el pino en el subsuelo.
El número de visitantes que recibe es muy alto. El pisoteo del suelo de su entorno es un riesgo. Esto su pone un factor de riesgo para la salud del árbol por que también reduce la aireación de las raíces. El árbol muestra síntomas de salud en la actualidad sin embargo, las agresiones directas o indirectas tardarán en manifestarse. Y, cuando lo hagan, muchas veces ya no tendrán solución.
Para evitar la compactación del suelo y su recuperación deberían retirarse el muro de piedra y, sobre todo, el anillo de cemento. Así mismo, podrían disponerse grandes ramas de pino sobre el suelo con lo que se reduciría el pisoteo y se favorecería el desarrollo de las plantas, hongos, lombrices y otros animales bajo la copa del árbol.
Cerca de protección de una haya monumental en Burham Beeches (Inglaterra). Nótese el desarrollo de la vegetación arbustiva
Estas actuaciones deberían ir acompañadas de la correspondiente información al público mediante la instalación de algún panel educativo para explicar los valores del árbol y las amenazas que pueden afectarle por la excesiva presión del turismo. La salud de un árbol monumental bien vale la pequeña limitación de no poder acceder al tronco que tendrían los visitantes.
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