El lunes, 13 de junio, se clausuraba el Curso de Formación “Ayudante de Cocina. La Cocina de la Tierra. Sostenible y Saludable”, enmarcado en el Programa SARA, un programa de formación, participación e integración socio-laboral dirigido a mujeres mayores de 45 años desempleadas, cofinanciado por el Fondo Social Europeo y el Instituto de la Mujer para la Igualdad de Oportunidades y la Federación Española de Universidades Populares, en colaboración con las entidades locales, en este caso con el Ayuntamiento de Andorra.
Ha estado organizado por la Universidad Popular y el CEA Ítaca, entidades adscritas al Patronato Municipal de Cultura y Turismo de Andorra.
La actividad formativa se ha desarrollado a través de un itinerario personal que ha tenido muy en cuenta el punto de partida y las necesidades de cada una de las mujeres, ya que se trata de un colectivo con especiales dificultades para acceder al mercado laboral. Se han trabajado competencias profesionales y personales, con el objetivo de lograr una mayor empleabilidad y una mejor calidad de vida, además de una mayor autonomía e independencia que contribuyan a promover la igualdad y el empoderamiento femenino. Tras todo ello, un gran equipo de mujeres profesionales implicadas con la mujer y con su territorio.
Este programa es uno de los cinco realizados en todo el Estado español, cada uno de temática diferente, a propuesta de cada una de las entidades organizadoras, aunque con fases comunes, una primera sobre “Motivación personal”, la segunda referida al apartado específico de “Formación y Capacitación” y la tercera dirigida a la “Orientación en la búsqueda de empleo, autoempleo e inserción laboral”.
Tras inscribirse 19 mujeres, teniendo prioridad aquéllas más vulnerables, con cargas familiares diversas y situaciones de desarraigo, han sido 14 las que han concluido las 340 horas de formación y prácticas, realizadas estas últimas en Centros Municipales de Andorra: Escuela Infantil La Malena, Colegio Público de Educación Especial Gloria Fuertes, Residencia de personas mayores “Los Jardines” y en el CRIET de Alcorisa.
Tras esta información necesaria para enmarcar y conocer el programa, cabe destacar la singularidad del curso realizado en Andorra, en base a la formación específica impartida, ya que, dentro del sector de la hostelería, se ha centrado en el aprendizaje de la elaboración de menús basados en la sostenibilidad ambiental, económica y social y en la salud humana; un programa pionero con la mirada puesta en la restauración colectiva: comedores escolares, residencias de personas mayores y eventos varios, entre otros, definiendo un novedoso “nicho de empleabilidad”.
Aunando cocina tradicional y actual se han utilizado alimentos de proximidad, procedentes de circuitos cortos, la mayoría de producción ecológica y ampliándose en círculos concéntricos: Andorra, Comarca Andorra-Sierra de Arcos, Comarcas adyacentes, Provincia de Teruel…
El nombre simbólico “La cocina de la Tierra” aúna dos conceptos: “territorio” como desarrollo local y “Tierra”, como el Planeta, en global, que debemos cuidar.
De todos es conocida la grave pérdida de Soberanía Alimentaria a nivel global. En nuestros platos consumimos a diario alimentos producidos a miles de kilómetros cuyo transporte está generando graves problemas ambientales, y en muchos casos, a través de empleos precarios y utilizando sustancias químicas que afectan tanto a la salud ambiental como a la humana y al resto de seres vivos. Unido a todo ello, el medio rural, en la actualidad con graves problemas de despoblación, sería el marco idóneo para una producción agrícola y ganadera de calidad, así como para la transformación de esa producción.
No solo la salud ambiental, sino la humana, están en juego y la necesidad de ese cambio debería promoverse desde las Instituciones Públicas realizando profundos cambios en sus actuales sistemas de gestión de los servicios públicos, en este caso de comedores colectivos.
Los seis meses en los que ha transcurrido el curso han generado multitud de propuestas y sinergias, un intenso trabajo compartido, nuevas relaciones tanto desde el punto de vista personal como con el entorno, ambiental y social, muchas risas y sonrisas, abrazos, emociones, mucha ilusión y una gran necesidad de seguir avanzando, unas hacia el autoempleo, otras en su búsqueda, y otras con la mirada puesta en su propia vida y en como recrearla y renovarla.
Olga Estrada Clavería
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