viernes, 1 de diciembre de 2017

Encuentro en la Casa de la Cultura de Beseit


De los 8.000 habitantes en 18 pueblos de la comarca, acudieron al ático acristalado caldeado por el sol vespertino 10 personas majísimas (Agustín, Pedro, Elisabet, Ferran, Ersi, Xavi, Arturo, Ángeles, Javier y Eli) críticas y concienciadas, originarias de este territorio o que quieren arraigar en él, para, a modo de terapia grupal, expresarnos sus pensamientos y contarnos  sus cuitas. En el Matarranya también cuecen habas, las suyas: despoblación (también), desconexión entre las asociaciones, dificultad de integración en las comunidades locales, rechazo y obstáculos de las instituciones a los de fuera que quieren vivir y trabajar allí, “mentalidad arcaica” o “paleomatarranyismo” de algunas personas autóctonas, falta de trabajo y trabajo mal pagado, pujanza de la ganadería porcina con graves problemas de acumulación de purines y mala olor, con plantas de tratamiento no operativas, posiciones dominantes no razonadas contra la declaración de Parque Natural (el estatus de protección ambiental es de LIC y ZEPA), dinámicas de tensión entre familias en la escuela de Lledó, que ha pasado 3 a 29 alumnos, desarraigo del profesorado, precaria salud infantil, la administración como freno y amenaza, falta de conexión entre sectores económicos, clientelismo y corrupción, falta de sintonía entre el poder local y el comarcal…


Es cierto que los asistentes, personas comprometidas con el Matarranya, abundaron en esa visión crítica de su realidad actual, pero también valoraron con cierto orgullo la riqueza de su vida cultural o la pujanza de su sector turístico. Este último ha crecido de forma sorprendente (más de 2000 camas hoteleras y más de 300 puestos de trabajo directos en la comarca) “vendiendo” fundamentalmente paisaje, pero también busca un modelo de calidad basado en servicios “personalizados” para sectores de clientela exigentes.

De nuevo surge la palabra fundamental: planificación. Se incide en el valor del paisaje y su rentabilidad económica (moratoria de instalación de parques eólicos) en la denominada “Toscana española” (como si la italiana fuera “el Matarranya italiano”), un hervidero cultural, donde surgen las oportunidades y, como todo depende de la calidad de las personas, se apuesta por reforzar la autoestima, comunicación, compromiso y constancia.

La asociación Gent del Matarranya  establece contacto con Sollavientos. Y finalizamos con la presentación del disco “Tierra”.

Gonzalo Tena Gómez. 
Colectivo Sollavientos

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