domingo, 11 de marzo de 2018

APUNTES SOBRE LA PRESENTACIÓN EN VALENCIA DE “CRÓNICAS DE FUEGO Y NIEVE”

De izda. a drcha: Ramón Buckley, Vicente Aupí y Carlos García Santa Cecilia

Se presentó, el pasado 7 de marzo,  el libro en la elegante sala IVAMLab del prestigioso Institut  Valencià d’ Art Modern, en olor de periodismo intemporal. Su subtítulo clarifica el contenido: “La Guerra Civil Española y los corresponsales internacionales en la Batalla de Teruel”. 

Tras de la mesa y ante los micrófonos se sentaban Carlos García Santa Cecilia, periodista, escritor y autor de la introducción (del libro y de la conferencia); Vicente Aupí, periodista, escritor, componente de Sollavientos y autor del libro a presentar y Ramón Buckley, profesor jubilado, escritor, traductor, redactor del prólogo e hijo de Henry Buckley (nacido en Manchester, católico practicante y defensor de la República Española), que fue el corresponsal en la Batalla de Teruel para el diario conservador The Daily Telegraph.


Carlos García nos contó cómo había empezado todo: un golpe de estado militar que, ante una fuerte resistencia armada, se convirtió en la guerra civil de todos conocida. Iniciado el conflicto, Felix Correia, del Diário de Lisboa, hace la primera entrevista a Franco para situar y dar a conocer en el mundo este interesante personaje. Mário Neves escribió cuatro crónicas para el mismo periódico sobre la matanza de republicanos en la plaza de toros de Badajoz, de las que consiguió publicar dos. Por él se enteró Jay Allen, “el mejor periodista de la guerra”, del Chicago Tribune,  de la entrada de los sublevados en la ciudad y relató la masacre en un artículo antológico: Slaughter of 4,000 at Badajoz,  City of Horrors. Henry Buckley se percata de que Madrid resiste y vislumbra que la guerra de España constituirá la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial.  Entre otros episodios relevantes de la contienda (bombardeo de Gernika, Batalla del Ebro, etc.) Teruel suscitó la mayor expectación mediática de la época.

Ramón Buckley, que debe su existencia a la identificación religiosa de su padre y su madre, María Planas, aportó la nota emotiva al acto. Evocó la Guerra Civil española como un “momento único en la historia del periodismo”, calificado como “la edad de oro del periodismo” por Hugh Thomas y la Batalla de Teruel “la que más libros ha inspirado”. Contó que su padre se desplazaba diariamente desde Valencia hasta Teruel y de vuelta a Valencia para escribir sus crónicas, impelido por la prisa. En su relato de los acontecimientos presenciados, introducía el elemento emocional: era preciso “dramatizar los hechos” para despertar el sentimiento solidario de los lectores con la causa republicana. Inevitable citar su imprescindible obra Vida y muerte de la República Española, relatado en primera persona y traducido por Ramón, que acabó aludiendo a la “’épica de la Guerra Civil” y a sus “momentos bellos”.


Vicente Aupí recordó la afirmación de E. Hemingway, que cobraba 500 dólares por cada crónica, “la Guerra Civil Española fue el periodo más feliz de nuestras vidas”.  Evocó la labor de Herbert L. Matthews, de The New York Times y su libro fundamental The Education of  a Correspondent. También la asunción por primera vez del riesgo de morir por parte de los corresponsales:  Sheepshanks, Neil y Johnson, reporteros convocados por el bando franquista, perdieron la vida como consecuencia de un bombardeo republicano en Caudé, que alcanzó el coche en que iban.  Y por otra parte, el autor hizo referencia a la que H. Buckley consideró “la mejor Nochebuena de su vida”, la del 37 en el gélido frente de Teruel, opuesta a la opulencia de las ciudades europeas; al alegato a favor de la República del embajador de EE UU, Bowers, desoído por el presidente demócrata Roosevelt, que finalmente, demasiado tarde, reconoce su error; a las instantáneas de Robert Capa y las de Harry Randall, fotógrafo de las Brigadas Internacionales, enviadas desde “el Polo Norte, Sector Teruel”; al trabajo de Walter Reuter, que desalemanizó la pronunciación de su apellido en su exilio mejicano y al de Luis Vidal Corella, fotógrafo valenciano.

V. Aupí, que se ha documentado en las crónicas mencionadas, redactadas en inglés y en documentos de la Biblioteca Nacional, homenajeó, en la víspera del 8 de Marzo, las figuras insustituibles de las fotógrafas Gerda Taro, alemana y Kati Horna, anarquista húngara, autoconsiderada una “obrera de la fotografía”, que contribuyeron a inmortalizar Teruel en sus días más amargos.

Gonzalo Tena Gómez. 
Colectivo Sollavientos

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