Aunque Serafín Sancho, uno de los solventes organizadores, insiste en que este año la XIII edición del “Festival de Artes Escénicas de Pancrudo (Gaire)”, después de la suspensión de la del año pasado, no se ha podido lucir suficiente debido a las restricciones que impone la persistente pandemia, un espectador que acude al evento por primera vez no encuentra la deficiencia por ninguna parte, pero sí una organización perfecta y unos espectáculos de gran nivel. De las cuatro representaciones diferentes, dos tienen lugar simultáneamente en diferentes espacios abiertos con numerosos grupos de espectador@s separad@s convenientemente: las pistas deportivas, La Fuente, La Era y La Cerradilla. Aforos completos. Grandes comitivas de gente de todas las edades dirigiéndose de un espectáculo al siguiente.
El 18 de septiembre, segundo sábado consecutivo de celebración, a las cuatro de la tarde presenciamos el primer espectáculo, “Volov”, versión libre de la obra “Las Aves” de Aristófanes, del Col·lectiu TQM, de Cataluña. Se trata de una representación donde las palabras solo aparecen en un determinado breve momento, pero sí continuamente coreografías adobadas de humor y acrobacias (el plato fuerte en el trapecio). De fondo una banda musical en vivo con protagonismo de la percusión, que por sí sola ya se podría erigir como espectáculo exigente. Los aplausos están servidos.
En el espacio La Fuente nos espera “Mr MUSTACHE” para ofrecernos su gestualidad y gags en la representación “Affetto d’amore”. Surgen risas frecuentes. Los chicos y chicas la gozan. Mustache intenta pescar amor entre el público con una caña poniendo un corazón de cebo. Una moza es requerida al entablado para ‘ser seducida’ por el míster loco del bigote. Genera un juego de colaboración espontánea que ni pintada. Momento álgido cuando el personaje, un pelín estrafalario, toca su acordeón y percute unos cascabeles con el paquete (de la entrepierna).
En la Era tiene lugar el siguiente espectáculo, “Benditas”, a cargo de la compañía El Mono Habitado. Las benditas son dos pastorcicas sobrecogidas porque se les aparece la Virgen. De ella reciben guasaps incluso después de haberle quitado la batería al móvil, ¡milagro sobrevenido! Pero las sencillas mujeres se van sobreponiendo y al final acaban enviando a la aparecida a escaparrar, dada su poca implicación en solucionar los abundantes problemas de las componentes de su género, vaya, ni pizca de vocación feminista. Crítica humorística al machismo y mensaje progresista muy bien interpretado. Al lado del escenario, un pequeño redil con ovejas y cordericos intentando mamar.
Finalmente el Dúo Laos interpreta “Otros aires”, una magnífica exhibición de danza acrobática con un elegante tango incluido, todo envuelto en humor gestual, oral y simpatía con el acento argentino de la pareja formada por un cachas feote muy gracioso y una ligerísima, guapa y ágil bailarina no con menos gracia. Hacia el final aparece una luna casi llena sobre el fondo natural de la escena, los artistas se despiden y un cierzo inmisericorde acelera nuestra retirada. Tarde perfecta.
Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos
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