“El paisaje es un estado del alma”
(HENRY-F. AMIEL)
“Escritores, poetas y pensadores han visto al paisaje como el espejo del alma en el territorio”, mantiene el doctor Joan Nogué, que recuerda el sentimiento de las personas de pertenencia a un paisaje, sea el de nacimiento o el de acogida. Él mismo cita la frase del filósofo chino Lin Yutang: “La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad de quien lo contempla”. Martínez de Pisón recuerda la vieja enseñanza china que sentencia que “algunos paisajes tienen su poeta, pero siempre todo paisaje tiene su bárbaro”.
Sin menoscabar los enormes méritos culturales del ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos, su postura contra la naturaleza, ‘productora exclusivamente de maleza’, está afortunadamente superada sobre el papel. Aunque en la práctica la agresión al medio natural no pierde vigencia y va a más de manera imparable. ¿Qué diría hoy al respecto el sabio asturiano? Seguramente se alinearía con el geólogo Javier Obartí Segrera partidario de que “toda acción que repercuta en la calidad del paisaje debería basarse en un mejor conocimiento científico, histórico-cultural y técnico del mismo”. La percepción del paisaje de las gentes de la ciencia y las del campo coincide en no estar mediatizada por subjetividades estéticas.
En 1808, el científico viajero romántico coetáneo de Jovellanos, Alexander von Humboldt, que además era rico y guapo, publica el libro Cuadros de la Naturaleza, que inicia la modernidad en el tratamiento de la geografía paisajística, referida a las cordilleras, selvas, ríos y restos de las civilizaciones antiguas del Nuevo Mundo, con un fundamento empírico. Humboldt, junto a sus compatriotas Schiller y Goethe, considera la contemplación admirativa de la Naturaleza como fuente de placer estético y un medio para su comprensión.
Manuel de Terán dictaminó en 1960 que la Geografía es la Ciencia del Paisaje. El citado Obartí hace referencia al concepto de esta ciencia como un intento de unificar dos criterios: “el de la discontinuidad del medio físico y el de la continuidad del paisaje en el espacio”. El ruso V. B. Sochava introdujo en 1963 el término geosistema para dar nombre al sistema de interacción entre los elementos del paisaje, que ya en 1933 Hernández- Pacheco enumeraba como fundamentales el roquedo, la vegetación y la fauna.
Concepción Sanz Herraiz, doctora en Geografía Física nos recuerda que los primeros paisajes protegidos en España fueron las montañas, por su belleza, que era eminentemente geológica y geomorfológica. Así como la fecha del 1 de marzo de 2008 en que en el Estado español entró en vigor el Convenio Europeo del Paisaje. Otra doctora en Geografía, Josefina Gómez Mendoza cita la consideración del ingeniero Miguel Arenillas de las instalaciones eólicas como bosques metálicos, “más perjudiciales para el paisaje que las centrales hidráulicas”.
Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos
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