jueves, 6 de enero de 2022

CONSIDERACIÓN DEL PAISAJE (III): El valor del paisaje

y bebiendo con ansia hasta tu mismo jadeo

sin saciar, ¡oh paisaje!, mi gran deseo

GEORGES DUHAMEL

  

La palabra Paisaje es un galicismo que surge en el siglo XVIII. Se deriva de país y sustituye a esta palabra. “Un paisaje es un fragmento de Naturaleza dotado de sentido”; “no hay paisaje sin mirada”, son afirmaciones del escritor Rafael Núñez Florencio.

No puede negarse que el paisaje está de moda. Retomo más reflexiones del filósofo Martínez de Pisón: El paisaje es un “entorno vital”. Su emergencia en la historia de la cultura se produce en la primera mitad del siglo IV en la China del Sur (Berque, 2006). En el Renacimiento comienza a fluir esta concepción cultural en el occidente europeo. El sentimiento completo del paisaje no se alcanza hasta el Romanticismo. Cito literalmente a este intelectual: “El aprecio a los paisajes puede ser en parte espontáneo –cuestión de sensibilidad-, aunque la mayoría de las veces es aprendido –cuestión de cultura-, y siempre es el resultado del ejercicio de un determinado sistema de valores. Es decir, es una cuestión moral”. Ortega y Gasset sitúa al paisaje en el centro de la reflexión intelectual, filosófica y científica. La consideración de la Geografía como ciencia del paisaje se formuló explícitamente a principios del siglo XX en Alemania y Francia (en España en 1960).  

Unamuno concede un valor espiritual al paisaje de Castilla. En la primera mitad del pasado siglo, influenciado por el naturalismo, el científico Eduardo Hernández-Pacheco desarrolla la teoría del paisaje, para aplicarla al estudio de los paisajes españoles. Fue uno de los pioneros en plantear la conservación del patrimonio constituido por los paisajes naturales. En 1916 se promulgaba la ley de parques nacionales para preservar su belleza, fauna, flora, geología e hidrología. En los años setenta, la atención al paisaje volvió como reacción al incremento de su deterioro, lo que reflejaba una nueva sensibilidad ambiental. Solé Sabarís, geógrafo y geólogo, conecta la Geografía con la Ecología y con la Ciencia del Paisaje. Los prestigiosos ecólogos Pedro Montserrat y Fernando González Bernáldez son dos promotores de la Ecología del Paisaje.

Joan Nogué, geógrafo especialista en la reflexión paisajística, asume la observación de Eugenio Turri, en el sentido en que en el pasado “las modificaciones del paisaje solían ser lentas, pacientes, al ritmo de la intervención humana, prolongadas en el tiempo y fácilmente absorbibles por la naturaleza de los seres humanos: el elemento nuevo se insería gradualmente en el cuadro psicológico de la gente”. En nuestros días ya no es así.

Nicolás Ortega Cantero considera el paisaje como un patrimonio, un bien heredado por la colectividad y un símbolo de su historia y su identidad compartida.

Javier Obartí señala que el objetivo fundamental de la ordenación territorial es la identificación, delimitación y dotación de un régimen de protección adecuado de los paisajes valiosos, incorporándolos así a los bienes patrimoniales.

Nuestros paisajes son valiosos. Solo falta que sean valorados. En su gestión, errónea o adecuada, nos jugamos el futuro.



Gonzalo Tena Gómez, Colectivo Sollavientos


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