IMPACTO SOBRE RED NATURA 2000
Por mi mesa pasan cientos de proyectos al año: instalaciones de granjas de porcino, transformaciones de cultivos de secano a regadío, nuevas carreteras, minas de extracción de cal, etc. Sobre todos estos proyectos abundan en especial los de energías renovables y sus infraestructuras de evacuación; en los últimos tres años, más de 120 proyectos únicamente en Aragón.
La Red Natura 2000 es una red ecológica europea cuya finalidad principal es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y los tipos de hábitat en Europa, contribuyendo a detener la pérdida de biodiversidad. Su red es el principal instrumento para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea. Pero, ¿qué ocurre cuando los nuevos proyectos de energías renovables se construyen sobre espacios Red Natura 2000 o en su zona de influencia? En estos casos la construcción de las nuevas infraestructuras impide garantizar la supervivencia y reproducción de los hábitats de interés comunitario y especies objetivo de conservación de estos espacios protegidos o catalogados. En resumen, esos proyectos quebrantan para siempre la garantía de preservación de la naturaleza de nuestros espacios naturales de alto valor ecológico.
Sobre el visor de energías renovables que Ecologistas en Acción ha desarrollado para Aragón, se pueden observar abundantes proyectos de energía renovable (inclusive sus infraestructuras de evacuación) ubicados sobre espacios Red Natura 2000 (por ejemplo, nada menos que 82 aerogeneradores de los que componen el llamado clúster del Maestrazgo). Pero no solo eso; se observan igualmente proyectos dentro del ámbito de aplicación de planes de conservación de especies amenazadas. Algunas de estas especies son precisamente aquellas por las que los espacios Red Natura 2000 fueron designados. Ejemplo de estas especies son el cernícalo primilla (Falco naumanni), ave cuya población ha disminuido en Aragón la friolera de un 57% en los últimos 20 años. ¿Y cuáles son algunas de las principales causas de su declive? Precisamente el desarrollo energético fotovoltaico y eólico. Este es solo uno de tantos ejemplos de que especies tan amenazadas como el cernícalo primilla están sirviendo de indicador sobre el grado de irresponsabilidad de determinados proyectos. Conocer en profundidad la ubicación de sus zonas de nidificación, alimentación y dormideros post-nupciales cobra mayor importancia que nunca para garantizar su supervivencia.
No todos los proyectos se llevan a cabo con irresponsabilidad, pero la cantidad de diseños ubicados sobre espacios de alto valor ecológico son todavía inaceptables. Afortunadamente, Aragón dispone de todos los recursos necesarios para que la transformación energética se lleve a cabo del modo adecuado: sol, viento y abundante superficie. Para lograr mantener la biodiversidad y combatir el cambio climático, es necesario que las comunidades autónomas se replanteen un modelo energético compatible con la sostenibilidad, que apueste por el ahorro energético y que priorice el emplazamiento de proyectos en suelos urbanos consolidados, suelos industriales y urbanizables. Todos ellos se localizan en entornos antropizados, lejos de espacios Red Natura 2000. En el medio rural, ubicaciones adecuadas deberían incluir únicamente aquellas zonas degradadas donde, tras un exhaustivo análisis llevado a cabo por profesionales con suficiente experiencia, se constate la ausencia de especies amenazadas o hábitats de alto valor ecológico.
En este sentido, la creación de mapas de sensibilidad ambiental autonómicos que incluyan claramente áreas de exclusión de proyectos cobra más sentido que nunca. Las comunidades autónomas, como el caso de la aragonesa, tienen las competencias en ordenación del territorio y la responsabilidad de dar un paso adelante, siempre y cuando deseen que la transición energética apueste realmente por energías “verdes”.
Sofía Morcelle
Técnico de proyectos de SEO/BirdLife en Aragón
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