lunes, 3 de julio de 2023

EL DESPLIEGUE DE ENERGÍAS RENOVABLES EN EL MEDIO RURAL (15) El impacto de las energías renovables en la biodiversidad


Necesitamos un proceso de transición ecológica, descarbonizar la 

economía y apostar por energías renovables. Pero no se trata de sustituir 

o incrementar la producción de energía eléctrica para saciar la creciente 

demanda de la sociedad. Al contrario, es necesario definir las 

necesidades esenciales con un compromiso de reducir el consumo, evitar 

el despilfarro y fomentar el autoconsumo energético. El paisaje no debe 

llenarse de molinos de viento sacrificando valores naturales esenciales.

 

Si algo hay cambiante en el planeta, es el clima. El clima, complejo y 

caótico es un sistema que depende de la actividad solar, del calor que 

irradia la Tierra hacia el espacio exterior, del intercambio calórico entre 

aire, agua y suelo, que a su vez es función de los gases que contienen, del 

color del sustrato o de las actividades de la biosfera y la antroposfera. 

¿Disponemos de modelos que consideren todos estos factores, con sus 

entradas y salidas, y que ponderen cuál es el papel de nuestra especie en 

todo ello?

 

No podemos eludir la responsabilidad del desarrollo industrial basado en 

los combustibles fósiles y la consiguiente liberación de CO2 a la 

atmósfera. Tampoco cerrar los ojos a las consecuencias que el cambio 

climático tiene en la vida de las comunidades humanas, originando 

desplazamientos de refugiados ambientales y conflictos en torno a 

recursos escasos como el agua. Nuestra dependencia de combustibles 

fósiles, que han llegado ya a su pico de extracción, debe disminuir. 

Hemos de reducir las emisiones que están acelerando la elevación de la 

temperatura en los últimos siglos. Pero también adaptarnos a él para 

mitigar sus efectos. Focalizar los esfuerzos exclusivamente en nuevas 

fuentes de energía (eólica y solar) no puede ser una excusa para justificar 

los efectos negativos de su despliegue incontrolado en el territorio. La 

sociedad precisa también de los servicios ecosistémicos proporcionados 

por estos espacios donde se pretende instalar.

 

El ritmo de la evolución biológica no permite a la fauna y la flora 

adaptarse a la implantación de murallas como las que suponen las 

alineaciones de aerogeradores. Las cumbres de las sierras del sur del 

Sistema Ibérico albergan hábitats típicos de la alta montaña mediterránea 

con una gran diversidad de especies. Un paisaje único y unos tipos de 

vegetación singulares reconocidos por la Unión Europea como hábitats 

de interés comunitario, espacios incorporados a la Red Natura 2000. La 

mariposa apolo conserva sus mejores poblaciones europeas en estos 

lugares. La instalación de los molinos impacta en los imagos o elimina 

plantas nodrizas de las que se alimentan las orugas. La creación de pistas 

en zonas montañosas hasta ahora intactas favorecerá el acceso de los 

vehículos a motor y la siniestralidad de los adultos por el incremento de 

riesgo de colisión. Precisamente en las cumbres altas, esta y otras 

mariposas suelen reunirse para practicar un comportamiento territorial 

denominado hilltoping, en el que los machos compiten para lograr ser 

elegidos por las hembras. Otra especie amenazada e incluida en el listado 

de especies silvestres en régimen de protección especial es la alondra 

ricotí. En las trampas de las aspas de los aerogeneradores mueren 

cientos de aves amenazadas y de murciélagos, afectados por la distorsión 

que las aspas móviles crean en sus sistemas de localización y orientación.

 

No somos capaces de valorar el daño global que estas infraestructuras 

producen en los ecosistemas, y desconocemos el papel que desempeña en 

ellos cada una de las especies. Pero los ejemplos anteriores muestran 

claramente su impacto sobre la fauna y la flora. Por ello necesitamos que 

los espacios naturales, las reservas de biodiversidad, se conserven en su 

estado actual.

 

Nos agarramos a un clavo ardiente para no cambiar nuestros hábitos. 

Asumimos, como dijo Ulrich Beck, vivir en una sociedad del riesgo

Cerramos los ojos ante el colapso al que nos dirigimos si continuamos con 

este rumbo.

 

Ángel Marco Barea

Colectivo Sollavientos


 

sábado, 24 de junio de 2023

EL DESPLIEGUE DE ENERGÍAS RENOVABLES EN EL MEDIO RURAL (14) Ganadería, energías renovables y política municipal

Sostenibilidad es un concepto en boga. Describe las cualidades que debe tener la actividad humana en relación con el medio físico: ha ser perdurable en el tiempo, no comprometer nuestro futuro ni degradar el medio natural. La ganadería extensiva que se desarrolla en las sierras de Teruel produce alimentos de una manera sostenible. Sin embargo, la ganadería y la agricultura están amenazadas en el Maestrazgo por una acumulación de macroproyectos de energías renovables. Las afecciones son más que evidentes (pérdida de suelo disponible, servidumbres, contaminación, peligro de accidentes), y pondrán a prueba nuestra eterna paciencia para proseguir con nuestras actividades.


La tramitación ambiental del llamado clúster del Maestrazgo, proyectado entre la Sierra de Gúdar y el Maestrazgo, ha conseguido el visto bueno ministerial por medio de una Declaración de Impacto Ambiental que, en sus setenta y pocas páginas, pretende blanquear el mayor atentado ambiental perpetrado en estas sierras, olvidada desde siempre. La práctica totalidad de sus masías fueron vaciándose por la marginación en la que quedaron arrumbadas a causa del modelo desarrollista. Ahora, un desarrollismo de nuevo cuño fija sus ojos en ellas. Ironías de la vida, las masías otrora despreciadas ahora son interesantes para extraer energía eléctrica mediante plantas eólicas y fotovoltaicas, una energía que será enviada lejos para perpetuar el cada vez mayor abismo entre el mundo rural y el urbano. Por imposición decidida en despachos lejanos, y no por voluntad propia, somos territorio de sacrificio.


Parece que la maquinaria que desarrolla estos planes está perfectamente engrasada, y amparada por un silencio cómplice de la mayoría de partidos políticos. Solo alguna voz discrepante advierte de la locura en la que nos estamos viendo sumergidos. Nuestros representantes en los ayuntamientos, sin consultarnos a los vecinos, se han doblegado a los intereses de la empresa promotora, Forestalia. Muchos han actuado en completo silencio, con total falta de transparencia. Deberían recordar que son los responsables de la gestión de un poder público, no los dueños de los pueblos.


Debemos recordar también que este despliegue industrial es para varias décadas. ¿Es ético decidir por todos y para siempre sin explicar nada? Nuestros representantes municipales dicen sentirse legitimados para tomar esta decisión. Una decisión excesivamente trascendente por lo disruptivo del cambio propuesto y por la perdurabilidad de sus efectos. ¿Es, pues, legítimo decidir sobre un asunto sin haber advertido durante la campaña electoral que ese era el proyecto sobre el que iba a girar la gestión municipal durante los siguientes años? Es decepcionante verlos afanarse trabajando en él y olvidarse de sus vecinos. Vecinos que, nosotros sí, hemos decidido vivir aquí, donde se desarrolla nuestro proyecto de vida, por nuestras raíces y por las cualidades extraordinarias de nuestro entorno. Es preocupante verlos convencer a propietarios de que firmen los acuerdos porque «es bueno para el pueblo» o alentando el miedo de la expropiación. O saber que desde su posición alientan el conflicto social para acallar las voces críticas.


Parece necesario volver a recordar que la base económica de estos pueblos es la ganadería y también el turismo asociado al paisaje que disfrutamos. Parece más necesario que nunca recordar de dónde venimos para adivinar dónde nos quieren llevar. Ni somos indigentes rurales ni estamos desesperados para tragar con estas ruedas de molino. Este negocio es para otros, no para los que vivimos aquí, y la ruptura social creada va a costar de cicatrizar.



Joaquín Gargallo

Ganadero. Plataforma a favor de los Paisajes de Teruel




 

sábado, 17 de junio de 2023

EL DESPLIEGUE DE ENERGÍAS RENOVABLES EN EL MEDIO RURAL (13) Degradar los valores de los Parques Culturales


 

Por su relieve y altitud, los recursos naturales de las montañas del sur de Aragón se han basado en la ganadería. Los bosques se transformaron en extensos pastizales que eran aprovechados por los rebaños trashumantes de ovino, complementándose con rodales de bosque y de tierras de cultivo. El resultado de siglos de historia ha sido un paisaje salpicado de bosquetes, masías, majadas y fuentes, y surcadas por kilómetros y kilómetros de cerradas de piedra, azagadores y bancales aterrazados. Un paisaje histórico que ha sufrido escasas transformaciones, salvo la lenta sucesión ecológica consecuencia de la crisis rural de las últimas décadas.

La consecuencia de los aprovechamientos tradicionales es también la creación de un agroecosistema en el que prosperan especies propias de los roquedos y los páramos, muchas endémicas y otras muy escasas en Europa. Este paisaje agrario tradicional es, además, un valioso patrimonio tanto por su belleza como por la sabiduría popular que ha permitido el poblamiento humano en un medio tan difícil. Ambos generan en las comunidades locales un fuerte sentimiento de aprecio y de identidad colectiva.

La sociedad aragonesa se dotó hace veinticinco años de la Ley de Parques Culturales de Aragón, que fue aprobada por unanimidad en las Cortes y que quiso distinguir a aquellos territorios dotados de un patrimonio cultural excepcional. Con un doble objetivo, conservar los valores patrimoniales al tiempo que fomentar un desarrollo compatible con la preservación de estos. No es casualidad que cuatro de los seis parques culturales de Aragón se encuentren en la cordillera Ibérica: el del río Martín, el del Maestrazgo, el de Albarracín y el del Chopo Cabecero del Alto Alfambra.

La excepcionalidad del patrimonio cultural de estos territorios proviene de albergar unos conjuntos geológicos, paleontológicos, arqueológicos e históricos únicos. Pero también le viene de la singularidad de la impronta humana plasmada durante siglos a través del aprovechamiento ganadero, agrícola y forestal de estos territorios de montaña.

La definición y el objeto de la citada ley establece que un parque cultural gozará de promoción y protección global de los elementos más relevantes. Igualmente, establece que las actuaciones de las Administraciones se orientarán hacia la protección y restauración del patrimonio, el desarrollo rural sostenible y el equilibrio territorial. Asimismo, prescribe la coordinación entre las políticas territoriales y sectoriales, especialmente las de patrimonio cultural y natural, fomento de la actividad económica, turismo rural, infraestructuras y equipamientos.

El acelerado proceso de implantación de energías renovables promovido por las Administraciones Públicas en territorios de baja población supone un serio riesgo para la conservación de los valores patrimoniales que han promovido la declaración de estos parques culturales. Y para el desarrollo socioeconómico basado en los mismos.

La instalación de cientos de enormes aerogeneradores, la apertura de cientos de kilómetros de nuevas pistas en las cimas, la erección de cientos de torres de alta tensión y de cientos de kilómetros de tendidos eléctricos supone una desfiguración drástica de un paisaje cultural, además de una degradación de los agroecosistemas por su afección a la flora y fauna que albergan estas montañas. Este impacto se agravará con la implantación de centrales fotovoltaicas proyectadas que van a transformar ambientalmente miles de hectáreas de tierras de cultivo en el entorno de estas sierras.

El Gobierno de Aragón, a través del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, tiene la competencia exclusiva en materia de patrimonio cultural en la Comunidad Autónoma. Su responsabilidad no puede quedar en la mera información de los elementos patrimoniales puntuales que van a quedar afectados por la implantación de las centrales energéticas sino en la afección que producirán en el conjunto de estos paisajes culturales, el fundamento de los parques culturales del sur de Aragón.

Alejandro Pérez Cueva

Colectivo Sollavientos