Ha fallecido José
María Herrero, un paleontólogo autodidacta salido del pueblo, ajeno al mundo
académico, pero que supo, partiendo simplemente de su curiosidad personal y su
inteligencia, descifrar una parte de la historia de la vida en nuestro Planeta
e iniciar una aventura científica que muchos han continuado.
Él, como nadie, fue capaz de transmitir esa
curiosidad y ese interés por los secretos de la tierra y de sus fósiles. Al
investigador que se enfrentaba de manera profesional al estudio de la
paleontología, y encontró en José María esa ayuda que facilitaba su labor. A
los estudiantes que iniciaban su andadura, encerrados en un temario
universitario que les suscitaba dudas, y que tras unos días de trabajo de campo y
contacto directo con José María comenzaban a ver la paleontología de otra
manera. Al ciudadano viajero que encontraba en Galve un pueblo pionero en la
defensa y difusión de su historia y su patrimonio, en la apuesta por el turismo
rural y cultural, cuando el muchos pueblos aún no había abierto los ojos a los
cambios que el futuro traía. Al padre que intentaba abrir los ojos a su hijo, y
en el pequeño museo de Galve encontró a un hombre que generosamente ofrecía su
experiencia, un hombre mayor capaz de conectar con los niños, con esas esponjas
ávidas de absorber todo lo que ven y escuchan, que descubrían atónitos los
misterios de un puñado de arena a través de una lupa binocular.
Estamos en deuda con
José María Herrero. Afortunadamente, él ha vivido suficientes años para
comunicar a sus hijos, y a todas las personas que lo hemos conocido, lo
importante que es tener una pasión en la vida, y perseverar en ella sólo con el
esfuerzo propio. Ese legado no se perderá nunca. Su huella queda, como las
icnitas de los dinosaurios que fue capaz de rescatar del olvido, como los
latidos de esos viejos huesos petrificados
Sentimos y nos
sumamos al pesar por su muerte, que en estos momentos sufre la familia. Miguel,
Jesús y Maribel son parte de este Colectivo, sensibilizado por el territorio de
Teruel y por su gente.
1 comentario:
Gracias Sollavientos y gracias especialmente a José Luis, por recordar a José María, mi padre. Has hecho una descripción perfecta de lo que ha sido José María, una persona sencilla, generosa y buena. Con una visión de la vida muy distinta al lugar donde habitaba, donde muchas veces le tacharon de loco por dedicarse a “buscar piedras” pero con un objetivo muy claro desde niño: conocer los tesoros escondidos que tenían las montañas de Galve y sus alrededores. Creo que pocas personas habrán dado tantos pasos y habrán subido y bajado tantas montañas, incluso cuando sus piernas ya no pudieron avanzar las suplió con su silla de ruedas, añorando desde la ladera aquellas cimas que tantas veces coronó.
Siempre estuvo dispuesto a compartir todo lo que sabía y tenía: sus experiencias, sus materiales.. todo en aras a la ciencia. Hay muchos estudios, muchas tesis doctorales, muchas investigaciones realizadas con los materiales que antes había recogido José María. Hay también muchos niños y niñas que aman la paleontología a partir de escuchar a José María en el museo paleontológico de Galve y hay también una familia, la mía, a la que nos supo inculcar la pasión y el respeto a la naturaleza, la capacidad de observación, la capacidad de emocionarnos con las cosas más sencillas.. y lo más importante nos ha enseñado con su ejemplo a ser buena gente.
José María ha disfrutado haciendo lo que le gustaba, contagiando su ilusión y gusto por la paleontología a todos los que estaban a su alrededor, ha dado todo lo que tenía sin pedir nada a cambio. Gracias a la labor que ha hecho José María, la provincia de Teruel es conocida en el mundo entero y gracias a él hay un parque paleontológico que se creó en el 1993 y un museo donde se pueden ver restos de muchos dinosaurios que existieron y también me atrevo a decir, aunque algunos lo puedan considerar una arrogancia, que ha sido el germen de la creación de Dinópolis en Teruel.
Maribel Herrero
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