Historias del Ebro (2)
En la Geografía Física actual ya no nos dedicamos a
localizar los “accidentes geográficos”. Para eso están los atlas, Google Earth
y la Wikipedia. La investigación se centra, desde la Teoría General de
Sistemas, en descubrir el funcionamiento de los procesos naturales, sus
respuestas y el control que ejerce el hombre sobre ellos. En Hidrología, una de
las ramas en auge de la Geografía, abundan los sistemas de tipo “cascada”,
“proceso-respuesta” y “control”.
Un sistema de “cascada”, de masa y energía, es un conjunto
de relaciones y flujos en el que la masa y la energía van pasando de un lugar a
otro. Una riada, como la del Ebro de estos últimos días, es un ejemplo de libro
de “cascada de masa”: primero el agua estaba en el Atlántico, luego en las
montañas cantábricas en forma de nieve, posteriormente en la riada del Ebro, y
al final, en el Mediterráneo. Pero este “sistema riada” tiene otros elementos
importantes: la masa de sedimentos y la energía cinética del agua roja y gravas
en movimiento (ver Historias del Ebro (1): Gran Jefe Agua Colorada)
En un sistema, todos los elementos están relacionados en el
tiempo y el espacio: si al deshielo se le une el agua de lluvia, la entrada de
masa es mayor y más rápida, la energía potencial y cinética es más elevada, y
el arrastre de sedimentos aumenta. Los propios sedimentos que arrastra el río
cumplen el papel de disipar esa energía cinética: si el agua va más rápida,
arrancará más sedimentos para ir más lenta (y puede, por ejemplo, descalzar
puentes), y si se han hurtado sedimentos al río (graveras), el agua irá más
rápida… hasta que vuelva a equilibrarse arrancando una nueva carga. Hay un
perfecto equilibrio entre todos los elementos, y si alteramos uno de ellos,
cambiará la “respuesta” en busca de ese equilibrio.
La llanura de inundación del Ebro, los meandros, las barras
móviles de gravas, etc, son las “respuestas” naturales del sistema de cascada
del Ebro. Las barras móviles son ejemplos de reajustes continuos entre la
energía del rio y la masa de sedimentos. Los meandros son la forma con la que
el río pierde capacidad de carga, al alargar el camino, perder pendiente y
poder así depositar los sedimentos. La llanura de inundación es así un espacio
creado por el río y acomodado a su propia dinámica… Son ejemplos de “sistemas
de proceso-respuesta” naturales.
Los “sistemas de control” aparecen cuando el hombre altera
en mayor o menor medida cualquiera de los elementos del sistema: podemos dar
por seguro que cambiará la respuesta. Es impepinable. La Geografía moderna es
una ciencia que intenta investigar estos “sistemas de control”, por dos
razones: para estimar y evitar el impacto de las actuaciones del hombre sobre
la naturaleza, que pueden llegar incluso a generar respuestas con riesgos, y
para intentar mejorar la respuesta del sistema. Pero habitualmente “controlamos”
los sistemas sin conocer del todo su funcionamiento, sus “procesos-respuesta”
naturales. Y entonces corremos un grave riesgo de meter la pata.
Hemos “controlado” mucho al Ebro, y seguro que hemos
cambiado sus respuestas a lo largo de la Historia. Yo no conozco al Ebro en
profundidad, pero me da la impresión de que todavía no comprendemos del todo
sus sistemas naturales para saber si es bueno o malo hacer diques, extraer gravas,
limpiar la vegetación de ribera, etc. Por ello es necesario oír a los
especialistas: a los hidrólogos, geomorfólogos, climatólogos, ingenieros
hidráulicos… que, aunque no conozcan del todo el sistema “riada del Ebro”, son
los que más se acercan a ello. Y los hay. Y muy buenos.
Alejandro J. Pérez Cueva
Catedrático de Geografía Física de la Universidad de
Valencia
Miembro del Colectivo Sollavientos
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