¿Quién ‘hace pueblo’?
¿Quién ‘hace pueblo’, mayormente?: ¿el
que sigue viviendo en el municipio? ¿el que sigue labrando la tierra? ¿el que
lleva una casa rural los fines de semana?¿el inmigrante marroquí que posibilita
que siga habiendo rebaños de ovejas? ¿el que viene de fuera y monta una
quesería? ¿el que restaura la casa blasonada en ruinas? ¿el que consigue el pequeño
milagro de que vea la luz un nuevo número de la revista cultural…?
O, planteada esta multipregunta de otro
modo: ¿Tiene derecho el que se queda en el pueblo a criticar por insolidarios y
descastados a todos los que se han ido? ¿Tiene derecho el neourbano que vuelve
en verano con coche nuevo a mirar con derrotismo y conmiseración la vida y las
expectativas de quienes permanecen? ¿Tiene derecho la persona empadronada en el
pueblo a desdeñar el criterio del ‘forastero’ que sinceramente quiere
contribuir a mejorarlo? ¿Puede el propietario de la tierra hacer y deshacer
(construir/destruir) el paisaje a su antojo? ¿Puede un consistorio elegido por
cuatro años, con la mitad más uno de los votos, vender al mejor postor el
patrimonio de todos (de la generación actual y de las venideras) sin contar con
la voluntad de todas las personas que tienen raíces o querencias en el
municipio? ¿Puede alguien desde fuera criticar el esfuerzo de conservación
arquitectónica de un pueblo, señalando que se queda vacío en invierno y que no
pasa de ser un ‘parque temático’?
La despoblación del mundo rural se
engloba en una amenaza mayor: la pérdida de la cultura rural. Estamos ante un
problema complejo y poliédrico que, de tener solución, ésta sólo podrá
encontrarse con la aportación de todos. Ninguno de los grupos de personas
retratados en los párrafos precedentes está de más; nadie sobra; todas las
opiniones cuentan; todas las energías son necesarias. La cultura rural podrá
mantenerse si, a pesar de que la población decaiga, se mantienen o mejoran
otros activos (paisaje, patrimonio, cultura) que conciernen no sólo a quienes
tienen en el pueblo su primera residencia, sino a toda la sociedad.
Colectivo Sollavientos
No hay comentarios:
Publicar un comentario