martes, 15 de diciembre de 2020

ODS TERUEL 2030 (y 7): ENTRE LA IMAGINACIÓN Y EL DESEO

 



En un año aciago, con la firme esperanza de que dentro de diez años el paso de la pandemia presente, que ha vuelto a mostrar la fragilidad e interdependencia de la naturaleza y el ser humano, será solo un mal recuerdo y de que se habrán consolidado medidas universales para prevenir el surgimiento de otras, y no menos de que muchas de las medidas de reconstrucción del Pacto por Teruel sean realidad, quiero proyectar mi deseo imaginativo o mi imaginación desiderativa (ambos, imaginación y deseo son dos recursos baratos, productivos y sostenibles) hacia un escenario posibilista, nada de sueños utópicos lisonjeros, y sí dentro de los límites de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que la ONU ha marcado en su agenda 2030. 

Para entonces la obsoleta y nefasta Ley de Minas ya estará actualizada. Subsanando su desequilibrio hoy en día a favor de las empresas explotadoras, estará orientada hacia una consideración efectiva de los derechos de la propiedad de los terrenos y la salvaguarda de los valores ambientales y paisajísticos. Y en este mismo orden de cosas, tendremos personas preparadas para acometer las restauraciones pertinentes, amparadas en una normativa precisa. La industria cerámica autóctona, por iniciativa de la empresa SAMCA estará en funcionamiento. El manifiesto Geología para una Nueva Cultura de la Tierra dado a conocer en Aguilar del Alfambra en junio de 2011, habrá tenido tiempo para afectar la mentalidad de la clase política provincial.

La población de Teruel seguirá siendo baja (siempre relativamente), con tendencia a la estabilización. Nuestros pueblos mantendrán (quizá hayan aumentado) su cuota de recepción de la inmigración (aquí más necesaria) y de la población neorrural, imprescindible. Se prevé un despliegue de jóvenes dinamizadores que exporten sus ideas: los planteamientos de dignificación de la vida rural de la Cosmopueblita de Burbáguena de la penúltima primavera estarán plenamente consolidados. Se verán niños en más pueblos, que recibirán una educación adaptada al medio natural y social. La escueta lista de pueblos abandonados (El Cañigral, El Alconzal, Mas de Labrador, Las Casillas de Bezas) no aumentará. El envejecimiento de la población se verá afectado ante la perspectiva positiva del aumento de la esperanza de vida, lo cual generará un fortalecimiento del sector servicios de la salud y asistenciales (deseamos tener y ser viejos sanos y sabios).

El  turismo de calidad en todas sus facetas culturales (geología y paleontología, paisaje y senderismo, observación de estrellas, gastronomía y enología, naturaleza, rutas etnobotánicas, fauna, investigación científica, arte, historia, parques culturales, deporte, un poco de todo…), constituirá un sólido soporte para la población activa estable, a la que puede beneficiar un alza en el movimiento cooperativo y el despliegue de la economía colaborativa y demás nuevas economías. El importante Museo de la Guerra Civil proyectado en la ciudad de Teruel estará abierto. Apurando, a lo mejor las pasarelas metálicas en las hoces y barrancos ya no estarán de moda.

La producción y procesamiento de productos autóctonos básicamente alimentarios (cárnicos, jamón, embutidos, quesos,  aceites, cerveza, vinos, trufas, repostería, azafrán, chocolate, conservas vegetales y mermeladas…) y artesanales (cerámica, forja, madera, tejidos, juguetes…)  se habrá consolidado y diversificado. Algunas de nuestras excelentes mieles habrán obtenido la etiqueta de denominación de origen (quizá la de Hinojosa de Jarque).

Una significativa mejora en la gestión de los bosques hará frente al avance inexorable de la variación en las manifestaciones del clima, lo que unido a medidas más eficaces en la prevención y extinción, evitará los incendios devastadores.

Una buena y asequible conexión a internet habrá llegado a los menores núcleos de población, lo que solucionará muchos problemas y abrirá camino a muchas oportunidades.

Para 2030 podrán convivir un despliegue de infraestructuras necesarias y suficientes con nuevos espacios protegidos declarados: El Parque Natural  de la Sierra de Javalambre (pendiente) y las Reservas de la Biosfera del Valle del Cabriel (efectiva desde el 6 de Junio), la del Alto Turia (pendiente) y otras. La cultura de la custodia del territorio también se habrá consolidado. La caza de jabalíes y cabras monteses estará regulada hacia una estabilización de sus respectivas poblaciones. Habrá un límite razonable en la creación de nuevas granjas porcinas y se llevará a cabo un tratamiento integral de los purines.

Se disparará el empleo de energías limpias. Podríamos ser pioneros en cubrir con placas solares los polideportivos y salones de usos múltiples de los pueblos. Para entonces nuestros ríos pueden estar saneados y nuestro medio libre de plásticos, al albur de una normativa más exigente en la prevención de este problema.

Nuestros pueblos estarán más guapos que nunca, preservando su urbanismo tradicional y su coherencia arquitectónica. Y en todo su territorio no se habrá establecido ningún paraíso fiscal, a pesar de que alguien ha pensado que esto supondría la solución definitiva para el futuro de Teruel.

Gonzalo Tena Gómez

Colectivo Sollavientos


No hay comentarios: