José Manuel González Cano, en el centro, junto a la ermita de Santa Isabel del Valle de Sollavientos (Teruel), en un encuentro con el Colectivo Sollavientos
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes lucharon muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.
Bertolt Bretch
El pasado 28 de octubre, tras una larga y dolorosa enfermedad, falleció nuestro amigo José Manuel González Cano.
Trabajó, primero como Ingeniero Técnico de Montes para el ICONA y después en el Departamento de Medio Ambiente (Sección de Biodiversidad) del Servicio Provincial de Teruel, en pro de la conservación de la naturaleza de esta provincia manteniendo siempre un contacto directo muy humano con sus vecinos.
En los pasados "80" un grupo de jóvenes entre los 18 y los 20 años encontramos en él al maestro que nos enseñó a observar, conocer y disfrutar con las plantas y los animales silvestres. A comprender el funcionamiento de los ecosistemas de estas montañas. Y a comprometernos en la defensa de la vida silvestre y de nuestros paisajes. Ese contacto fue el germen del Ornitólogos Turolenses (OTUS), grupo que con el tiempo se integraría en Ecologistas en Acción.
Además de numerosos artículos reivindicativos publicados en la prensa, tan fundamentados como reposados en su exposición, desde su trabajo profesional fue mentor de diversos estudios que ayudaron a conocer la flora amenazada y singular, los bosques maduros o el estado de los ríos, entre otros muchos temas relativos del medio natural del Sur de Aragón. Dos pequeños libros de divulgación, de los que es autor, “Historias del bosque y guía del naturalista de forestas” e “Historias del río” reflejan muy bien su aguda observación de los procesos naturales en los ecosistemas y la capacidad de transmitirlos.
La Asociación Amigos de Gallocanta le reconoció su labor en el año 2022 y le otorgó el título de Grullero Mayor, por su contribución a la conservación y el conocimiento de los valores naturales de este enclave singular.
Siempre nos dio mucha luz. Su entusiasmo era contagioso. Y tuvo una gran capacidad de hacer. Fue una persona clave para la conservación de la naturaleza de estas comarcas del sur de la cordillera Ibérica. Fue uno de los imprescindibles.
Le recordaremos siempre con mucho cariño y agradecimiento. Descanse en paz.
Chabier de Jaime Lorén
Angel Marco Barea
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