lunes, 13 de agosto de 2012

SOLLAVIENTOS EN RED (5)




Apostar por la Educación Ambiental

Javier Oquendo*
Educador ambiental

Cuando algunos de nosotros visitábamos las aulas como alumnos,  no se hablaba para nada de esta materia o contenido transversal. La educación ambiental estaba fuera del ámbito académico, y se comenzaba a trabajar sólo en las escuelas de verano, los colectivos ecologistas o las tendencias más innovadoras de la educación.

Hoy en día forma parte de los contenidos y los temas transversales del sistema educativo; aparece con frecuencia en los medios de comunicación, algunos le dedican hasta un suplemento especial; existen empresas especializadas, colectivos y asociaciones que tienen como fin fundamental el trabajar en los objetivos que la Conferencia de Tblisi marcó a la educación ambiental.

Esta evolución ha sido fruto de la necesidad, pues el medio ambiente se ha convertido en una preocupación para muchos y las afecciones sobre el mismo en un problema. Se ha pasado de una sociedad que tenía un respeto especial por el medio en el que vivía y del que se alimentaba (sociedad rural) a una sociedad que ha dado la espalda a ese medio, porque considera que no le aporta mucho, por no decir nada. Nos hemos dado cuenta de que las afecciones al medio son tan importantes y abundantes que no podemos seguir por ese camino y debemos asentar nuestra manera de pensar y vivir sobre otros valores, en concreto sobre una nueva percepción del medio y un mayor respeto al mismo.

Esto es lo que pretende la educación ambiental, que valoremos de una forma diferente el planeta, la atmósfera, el agua, la tierra, el paisaje, las relaciones humanas (incluidas las norte-sur), etc; que lo hagamos desde un conocimiento preciso de muchos de los procesos mediante los que esos elementos interactúan; que seamos capaces de actuar de una forma diferente y de adaptar nuestros comportamientos a las exigencias del medio y no al revés; por último, que sepamos ver todas las relaciones que existen entre el ser humano, la cultura y el medio físico.

Cuando en la Escuela de Actividades en la Naturaleza  (EANA-Maestrazgo) nos planteamos la tarea educativa, estos son los valores que nos mueven, muy conscientes de que la educación es un proceso en el que participan muchos actores y no todos impulsan en la misma dirección. Sabemos también que los procesos son lentos, que los cambios de actitudes son costosos, y que sólo desde procesos participativos que partan de la realidad local y cotidiana se pueden construir nuevas formas de actuar.

Por suerte, en esta tarea no caminamos solos, sino que existe un amplio colectivo de educadores ambientales, de entidades que están adheridas a la Estrategia Aragonesa de Educación Ambiental, de profesionales y de amigos con los que pensamos, programamos, reflexionamos y marcamos líneas de acción, que ayudan a que el trabajo sea mucho más llevadero y eficiente.

Trabajar en educación ambiental no es un mero entretenimiento o un fruto de la sociedad del bienestar, sino que es una necesidad planteada desde la necesidad de unos nuevos valores para una nueva sociedad que viva en armonía con su medio. Esto es un poco utópico, pero ¿acaso no tiene un poco de utopía todo planteamiento educativo?

En este momento no podemos pensar sólo en un aspecto de la realidad como es la economía, sino que la dimensión social y ambiental de las cosas debe estar más presente que nunca.




Colectivo Sollavientos*

No hay comentarios: