sábado, 10 de agosto de 2013

¿Un Maestrazgo fracturado?








Olga Estrada Clavería*


Austero, silencioso, impenetrable,... Una hermosa tierra donde acudir cuando se trata de perderse.

Malos tiempos para los territorios vírgenes, malos tiempos para las tierras calladas. Malos tiempos  para los resistentes.

No hay rincón ni fresco río donde no llegue el ruido global, zafio y desconsiderado que  tañe y entona cantos de sirena.

¿Seguiremos alimentando un futuro cada vez más enredado y oscuro, más dependiente y alejado de la alegría del buen vivir, más incierto, menos seguro?

Malos tiempos para los que piensan, responden y ponen en tela de juicio todo el artefacto programado.

Malos tiempos también para los que deberían detener la insensatez y no lo hacen por seguir creyendo en un Dios omnipotente, desarrollista, esquilmador de recursos, de bienes y valores comunales. Sus ocultas palabras envuelven e inquietan la leve fragancia de lo  suficiente.

Malos tiempos para quien no ambiciona nada, nada que no sea su propio canto, su propia vida, su digna estela. Malos tiempos para pequeños tejedores y artesanos, malos tiempos para las tierras calladas.

La máquina imparable, codiciosa y ajena, ¿penetrará finalmente ansiosa y ávida de tesoros y secretos gestados tiempos ha? ¿Conseguirá el oro-gas, objetivo final desesperado de una cultura que arrasa, dejar tras de sí vertederos, desiertos,… la nada?



*Colectivo Sollavientos



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