viernes, 9 de agosto de 2019

RUTA ETNOBOTÁNICA BERNARDO ZAPATER / ALLEPUZ (TERUEL)


Acto de presentación de la Ruta Etnobotánica Bernardo Zapater en la biblioteca de Allepuz. De izquierda a derecha: Ignacio Martínez, Eustaquio Castellano Zapater, Chabier de Jaime y Alejandro J. Pérez Cueva.




    






El domingo 4 de agosto de 2019 se inauguró en Allepuz la Ruta Etnobotánica Bernardo Zapater, promovida por el Ayuntamiento de este municipio y el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Consiste en una ruta circular señalizada, de unos 3’5 km de longitud y un desnivel máximo de 150 m, que recorre la ladera de la Umbría por una senda perfectamente preparada para el paseo de todo tipo de público. Contiene 12 paneles explicativos de carácter temático y otros 10 postes con pequeños paneles de identificación de especies.

A lo largo de la Ruta se exponen e ilustran las complejas relaciones del ser humano con las plantas. Por un lado, las modificaciones antrópicas de la vegetación debido a actividades ganaderas y agroforestales, y los procesos de regeneración tras el abandono de cultivos y pastos asociada a la despoblación de las últimas décadas. Por otro, los numerosos y variados usos gastronómicos, medicinales, cosméticos, artesanales (herramientas y utensilios domésticos) o lúdicos que tradicionalmente han tenido esas plantas. Como curiosidad, muchos de los paneles de la Ruta incluyen recetas gastronómicas que utilizan como ingredientes especies vegetales presentes en el recorrido.  

En el plano científico, el proyecto nació como una iniciativa del Centro de Estudios de la Naturaleza ‘Las Santas’ de Allepuz, en el curso de unas jornadas internacionales de Biogeografía celebradas en el mismo en 2017. Alejandro J. Pérez Cueva, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Valencia y creador de dicho centro, ha sido el artífice principal del diseño de la Ruta y de los contenidos de los paneles. Ha contado con la valiosa colaboración de Manuel Izquierdo en la adecuación de la senda y el asesoramiento sobre usos tradicionales de las plantas; de Alejandro Pérez Cuevas y Maite Cuevas en los aspectos gastronómicos, y de Ghaleb Fansa en los aspectos gráficos y cartográficos. El diseño gráfico y la elaboración material de los paneles han corrido a cargo de PRAMES.

Bernardo Zapater fue uno de los ilustres botánicos turolenses del siglo XIX, junto a Loscos o Pardo Sastrón. Nacido en Albarracín en 1823 y fallecido en esa misma ciudad en 1907, fue sacerdote, teólogo, naturalista y matemático, y ejerció diversas labores docentes, científicas y pastorales en Madrid, Cuenca y Albarracín. Reconocido sobre todo por sus investigaciones botánicas y entomológicas, fue miembro fundador de la Real Sociedad Española de Historia Natural (1871) y de la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales (1902). Una mariposa endémica del Sistema Ibérico y presente en Allepuz, Erebia zapateri, tiene su nombre dedicado al insigne científico.



Acto de inauguración en el primer panel de la Ruta. De izquierda a derecha: Ghaleb Fansa, Manuel Izquierdo, Ignacio Martínez, Alejandro J. Pérez Cueva y Eustaquio Castellano Zapater.








El acto de inauguración de la Ruta Etnobotánica estuvo presidido por el alcalde de Allepuz, Ignacio Martínez. Contó con la participación de Alejandro J. Pérez Cueva, que explicó la trayectoria del proyecto y su contenido. Chabier de Jaime, gerente del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, destacó cómo la Ruta representa un exponente genuino de la integración de los valores naturales y culturales que constituye la esencia misma del Parque Cultural. Estuvo asimismo presente Eustaquio Castellano Zapater, creador del Museo de Juguetes de Albarracín y autor de una biografía de Bernardo Zapater, que recibió en su persona el homenaje a su ilustre antepasado.

Visitantes de todas las edades iniciando
 el cómodo ascenso de la Umbría.




Alejandro J. Pérez Cueva explica a los andarines el contenido de uno de los paneles.












        La Ruta Etnobotánica de Allepuz es fruto de una tarea compartida de forma desinteresada por muchas personas que eran ya amigas cuando se embarcaron en el proyecto, o lo han llegado a ser a través de él. Lejos de la frialdad de lo puramente académico, pero sólidamente anclada en el rigor del conocimiento científico, representa un tipo de acción divulgativa nacida del cariño por el territorio. En un camino de ida y vuelta, toma como materias primas el patrimonio natural y la cultura tradicional para devolver, primero a los pobladores de ese mismo territorio y luego a los ciudadanos en general, una amalgama de ambos al servicio de la cultura científica.
Y todo ello, sin prescindir del componente lúdico y festivo. La jornada del 4 de agosto había empezado por la mañana con un taller para niños, ‘Diviértete con las plantas’, dirigido por la investigadora del CITA Alicia Cirujeda. El remate lo pusieron Maite y Alejandro ofreciéndonos una degustación de algunas de las recetas gastronómicas que aparecen en los paneles de la Ruta, en un ejercicio práctico de “etnobotánica sabrosa y amistosa” que fue ampliamente celebrado por los presentes.




 José Luis Simón Gómez
Colectivo Sollavientos

 

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