domingo, 29 de marzo de 2020

Los patriotas de la vida y la tierra: Nuestros agricultores y ganaderos.





Buenos días. Hoy vuelve a ser uno más de esta cuarentena y vuelven a ser héroes los innumerables que han dado a TODOS una lección de responsabilidad para aprender y no olvidar desde el más pequeño al más encopetado ser de este país. No hay palabras en el diccionario para expresar el orgullo y el reconocimiento que debemos a nuestros hombres y mujeres del campo.
Pocos, mal reconocidos, históricamente ninguneados, “marginales” y explotados por esta economía y el sistema prepotente y absurdo, obligados a la ausencia en la importantísima nube financiera de lo volátil, resistentes y callados hasta límites extremos, siguen ofreciéndonos el primer e insustituible gran Patrimonio de la Humanidad: el alimento.
Son los patriotas defendiendo una bandera: la vida de cada cual. No sienten otros colores ni otro partido ni otro gobierno ni otro rey que el fundamental y primigenio: el territorio, la Tierra. Con ella negocian y acuerdan en el trabajo diario la comida de tantos millones de personas que nunca han valorado su lugar, su trabajo y su profesión en el orden jerárquico de la sociedad e incluso los han menospreciado.
Si de ahora en adelante seguimos infravalorando “al mundo rural”, sin darles a sus profesiones y profesionales el lugar esencial que tienen -porque económicamente no son “un sector significativo en la creación de empleo”-,  cuando en el futuro más inmediato, gracias -entre otros- a nuestros agricultores y ganaderos se venza esta pandemia, demostraremos la solemne idiocia, mediocridad y pusilanimidad mental de la que venimos haciendo gala con cargos y carguitos, incapaces de otra cosa que llevar al mundo a la actual debacle olvidando ser los Hombres y Mujeres que R. Kipling  define en su poema  “Si…”
Estas líneas expresan solo la admiración y homenaje de una ciudadana a ese “sector sin importancia” que son quienes, sin lucir títulos, ahora, con HECHOS y con la discreción que les caracteriza, han contestado ejemplarmente a TODOS: “Este es nuestro lugar” ejerciendo con vocación, honradez, sentido común, inapreciable generosidad y valentía la mejor profesión: darnos de comer al mundo. Ser agricultores, ganaderos y mucho, mucho más en nuestros pueblos. Gracias de corazón.

Lucía Pérez García Oliver

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