jueves, 10 de julio de 2008

DEMOGRAFíA Y MINERíA DE ARCILLAS EN TERUEL (III): LOS ESCENARIOS FUTUROS


En el primer apartado de esta serie trazábamos la evolución demográfica de Teruel durante el siglo XX y concluíamos que la debilidad demográfica de una población escasa y envejecida no es el escenario más adecuado para aprovechar las supuestas “oportunidades” de la minería de arcillas. En el artículo anterior señalábamos que, por el contrario, esta precariedad demográfica está siendo un factor clave para que se estén estableciendo unas relaciones tercermundistas entre Teruel y la minería de arcillas, en el sentido de que las iniciativas vienen de fuera, los beneficios apenas sirven para el desarrollo endógeno y la población autóctona apenas tiene capacidad de controlar el proceso.

Pero ¿podemos pensar que el resultado final va a ser inocuo o neutro? ¿O estamos delante de un proceso que puede lastrar escenarios futuros? ¿Cuáles pueden ser estos escenarios? Hemos mencionado el posible retorno de los “jubilados hijos del éxodo rural”, es decir, los hijos de los que tomaron la decisión de emigrar, como un motor de desarrollo local de tipo endógeno.

En el posible retorno de jubilados “hijos del éxodo rural” se conjugan dos factores. El primero de ellos es la llegada a la edad de jubilación de las clases demográficas más abundantes de toda la historia demográfica española, que es la de los nacidos entre 1955 y 1975, lo que se denomina el “baby boom de la postguerra”. Este hecho producirá a partir de 2015-2020 un envejecimiento de la población a un ritmo muy rápido y creciente. Las bajas tasas de mortalidad de la población española y su alta esperanza de vida amplificarán este efecto. La duda es dónde residirá esta numerosa población.

El segundo factor es el hecho de que en las dos últimas décadas se ha producido una fortísima inversión económica de los emigrantes del éxodo rural y de sus hijos en reforma de viviendas de sus lugares de origen, a lo que se suma la reciente expansión de las viviendas residenciales en zonas rurales con atractivo turístico. De momento estas residencias, que en ocasiones superan en valor, equipamientos y confort a las de las ciudades, sirven únicamente como residencias de verano y de fin de semana (por las obligaciones laborales de sus propietarios), pero es un escenario que puede cambiar si se acompaña de otras circunstancias oportunas. Para ello va a ser clave que se cree un “círculo virtuoso” entre dotación de servicios y retorno de población. De momento sólo se observa un retorno muy débil de “jubilados que tomaron la decisión de emigrar”, pero hay que tener en cuenta que se trata de “clases huecas”, debido sobre todo a la mortalidad de la Guerra Civil y a la brusca reducción de la natalidad de la guerra y postguerra: no pueden regresar los que casi no existen. La inversión de la tendencia sólo se podrá producir cuando entren en edad de jubilación las clases demográficas más numerosas, las del “baby boom”.

El potencial económico de la llamada “economía de la tercera edad” en España empieza a ser muy importante, y lo va a ser mucho más en el futuro por el rápido e intenso envejecimiento de la población. Conseguir que en Teruel este potencial se convierta en motor de desarrollo local endógeno y de asentamiento de población es un reto difícil, pues debemos ser capaces de crear ese “círculo virtuoso” que potencie el retorno. ¿Cuál será el papel de la minería en ese previsible escenario? Un fuerte lastre mientras suponga una pérdida del patrimonio natural.




Pirámide de población de Barcelona, ilustrativa de la estructura de población del Teruel del “éxodo rural”
Fuente: geopress.educa.aragon.es/Demografia_3/Recursos_humanos/Piramides_comentadas.htm

ALEJANDRO PÉREZ CUEVA

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