Esto es una
ratonera, estamos atrapados, el sentido común y la sabiduría que todos tenemos
dentro nos dictan qué medidas deben ser las adoptadas para mitigar el desastre
que se nos viene encima, pero, que no se ponen en práctica porque son
decisiones colectivas que incluyen a muchas personas, a muchas entidades y a
aquellos en los que delegamos la toma de decisiones. A estos últimos, nuestra misión
la del ciudadano corriente, es
obligarlos a adoptar estas medidas porque si no, la civilización, tal como la
desearíamos, empezará a desaparecer en pocos años, ahí está la Emergencia, ese
es el sentido de las últimas manifestaciones por el planeta.
¿Pero qué
medidas son esas?, empezaré por la energía, la nombrada Transición energética,
el uso de las energías renovables, todos sabemos que la colocación de paneles solares y pequeños molinos de viento en nuestros
tejados es la manera más limpia de producir energía, toda esa superficie
disponible en las ciudades está ahí esperándonos; pero no, esa opción nunca
está en la mesa de las alternativas elegibles: los ciudadanos nos
convertiríamos en productores a pequeña escala de energía y eso no encaja en
los planes de las grandes empresas energéticas, que prefieren la Macro Energía
Eólica. Sí, se genera energía sin gastar combustibles fósiles, “es renovable”;
pero, y ¿el elevado coste de transporte?, ¿la alteración de los caminos para
acceder a sus emplazamientos?, ¿los impactos sobre la fauna, y la contaminación
paisajística?, ¿eso no se discute?. Cuando vamos de vacaciones, ¿preferimos ir
a ver montañas vírgenes o montañas con gigantescos
molinos eólicos?. No me hace falta contestar a esta pregunta. ¿Vamos a dejar
que sacrifiquen nuestro paisaje?, una de las últimas oportunidades de llenar
esa “España despoblada”, es con el turismo rural. Nos venden humo: desarrollo
industrial en el mundo rural que fija población. Mentira: miseria de empleos
que después resulta que son 4, y ¿por qué prefieren esta alternativa? Pues porque
la Macro Energía Eólica, pasa a ser SU energía
y así pueden vendérnosla.
Declaremos a la
energía como un producto de primera necesidad y cambiemos el sistema de arriba
a abajo. Fundemos empresas que se dediquen
a la I+D en paneles solares, a producirlos, a instalarlos, a mantenerlos, a
crear empleo (las previsiones son espectaculares), a ayudar en este sentido, a mirar como lo hacen los vecinos de Europa, por
ejemplo el caso de Alemania que tiene más paneles solares que España y bastantes
menos horas solares.
Respecto a los
coches eléctricos, de entrada debemos acabar con la idea de ser necesariamente propietario
de un vehículo. Nuestro entorno esta colonizado por esas peligrosas máquinas que
ocupan espacio, y que suponen una de las peores inversiones que los ciudadanos
hacemos en nuestras cortas vidas. Si necesito ir de A a B me bajo a la calle y
tengo varias opciones: transporte público, alquiler de varios medios de
locomoción como son las bicis (hay mecánicas y eléctricas), patinetes (que
debemos regular), o coche eléctrico de alquiler. Hay y habrá empresas que se
encargarán de su mantenimiento, seguros etc. –me consta que se generará empleo.
Si aun así queremos tener coche propio, la idea es que sea un coche eléctrico con
dos baterías intercambiables, hay ya unas baterías de alto rendimiento, y todos los fabricantes deberán usar el mismo
modelo homologado, como las pilas de toda la vida. Una de ellas se recarga en casa
durante el día con los paneles solares instalados en el tejado. Asimismo deberíamos
disponer de puntos de recarga o de simplemente intercambio de baterías
¿Electrolineras?. Estaréis de acuerdo en que esto es posible, pero volvemos a
tropezarnos con la barrera de los intereses, de los empleos, del status quo, con argumentos que nos
repiten una y mil veces en contra del sentido común, para que sigamos igual,
cuando estas iniciativas crearían riqueza, empleo y nos devolverían libertad.
Otra medida es
lo concerniente a la proliferación de los plásticos –un gravísimo problema ambiental
que se añade a los desajustes climáticos, - ¿qué dice el sentido común?: que deberíamos usar los imprescindibles. Pues NO, tenemos
“plásticos hasta en la sopa”, literal si la sopa es de pescado. ¿Qué deben hacer nuestros administradores? Pues
reducirlos al mínimo y contribuir así al complimiento de los objetivos de
Desarrollo Sostenible, prohibiendo a las empresas fabricantes la
producción indiscriminada o autorizando
la entrada de nuevos productos en función del tipo y cantidad de plástico que contienen
y de un diseño pormenorizado de la vida de ese producto, primando la economía
circular. Una vez más nos fallan nuestros administradores, sin ir más lejos por
ejemplo, la entrada en el mercado de las máquinas de café con dosis de un solo
uso. ¿No se dieron cuenta de que se iba a producir un nuevo residuo? En este
caso con aluminio,-metal que al planeta le está saliendo muy caro-, de difícil
reciclado, que por el momento no veo que se recoja para que vuelva al ciclo
productivo.
Con este
articulo espero concretar algunas de las medidas que pueden modificar el cambio
climático pero, insisto, estamos
atrapados por el sistema, nuestra misión como ciudadanos es obligarlo a adoptar
medidas con sentido común, si no, D.E.P nuestra querida civilización.
P. D.: Ante este panorama de
contaminación atmosférica, degradación sistemática del entorno, impacto
paisajístico (a veces paradójicamente, desde el pretexto de combatir el cambio
climático, aerogeneradores en lugar de gran valor natural, etc.), plásticos, contaminación
en las ciudades, islas de calor, masificación de los sistemas de aire
acondicionado, y suma y sigue, al que se añadiría el propio cambio climático.
Deberíamos pensar que al planeta todo este desvarío le da igual, seguirá aquí y
los humanos, si seguimos así, seremos solo un mal recuerdo en su periplo vital.
Nicolás Ferrer-Bergua
Colectivo Sollavientos
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