martes, 10 de marzo de 2020

EÓLICOS EN EL HORIZONTE






Si hoy día don Quijote y Sancho Panza cabalgaran por las sierras turolenses, podríamos imaginar la estupefacción y el consiguiente diálogo suscitados entre ellos y convenir en que los dos tendrían razón: son molinos, gigantes y además, muchos. Empecemos, pues,  con la agitación y el rumor de las aspas de los aerogeneradores. Confiemos en que para la emblemática fecha de 2030 (referente de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU) la mayoría de nuestras sierras no se hayan convertido en parques eólicos. Llevamos camino de que la provincia se transforme en un macroparque de generación eólica. Los de Jarque de la Val y Cuevas de Almudén pueden  sumarse en breve a los de Allueva, Fonfría, Mezquita de Jarque, Fuentes Calientes, Cañada Vellida , Rillo… y, más recientemente, los que pueden sobresaturar la emblemática comarca del Maestrazgo. El cierre de las minas de carbón y el de la central de Andorra presionan en esta dirección. Un 10% de la energía de la última subasta del Gobierno para todo el Estado va destinada a los aerogeneradores de Teruel. La Unión Europea exige un cupo de energías limpias del 32% para el 2030.

Apelamos con insistencia a la sensibilidad de los gobiernos progresistas autonómicos y estatales y a la coherencia de sus postulados.  Es necesaria una  planificación general para acotar la ubicación de los gigantescos postes aspados en la que se excluyan áreas específicas preservadas de su instalación teniendo en cuenta su valor paisajístico y/o ecológico, y la protección de la fauna voladora. En este orden de cosas, ¿no debería haberse preservado el Maestrazgo íntegro? Ya en el 2011, un foro exploraba en León las estrategias para conciliar el patrimonio natural con las infraestructuras. Existe una “Guía de integración paisajística de los parques eólicos en Andalucía” de 2014. La prestigiosa revista de divulgación científica “Mètode”, de la Universidad de Valencia, nos recuerda que estas instalaciones  desfiguran los paisajes rurales tradicionales provocando “un i mpacto en el carácter del lugar, que tiene que ver con dimensiones de carácter identitario, cultural e incluso afectivo que explican por qué la gente se siente parte de un sitio” y que “los aerogeneradores hay que compatibilizarlos con los valores ecológicos, históricos, estéticos o simbólicos del paisaje”, criterio asumido por los gobiernos de Francia y de Escocia.

Es preciso investigar el impacto de los parques eólicos sobre la despoblación,  cuestionarse  la sostenibilidad y aplicar la transparencia para conocer la tasa real de empleo que se crea, como también para desenmascarar los intereses ocultos que gravitan en torno a esta proliferación y a esas enormes acumulaciones, verdaderos bosques de molinos blancos. En ese aspecto y siguiendo a Darío Sanz, coordinador de IU en Teruel, no debemos olvidar que las iniciativas empresariales vienen de manos privadas –susceptibles de recibir dinero público-, en una parte significativa en la actualidad de alguna antigua componente del sector estratégico estatal de la producción de energía, cual es Endesa.  El Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español desnacionalizaron el sector, cosa que no ha ocurrido en Portugal, Francia o Italia: ¡ay las puertas giratorias como aspas de molinos!   

Es necesario poner límites a las áreas de emplazamiento, a la cantidad de elementos y también a la producción de energía. Líneas rojas en esto también. Preservar el futuro estableciendo límites, en sintonía con los de la Tierra, que los tiene ineludiblemente marcados. Paralelamente y frente a los megaproyectos de energías limpias, ayudaría el poner sobre la mesa de la opinión pública y facilitar las opciones del consumo de proximidad o del autoconsumo energético, así como el reconocimiento institucional de figuras de protección ambiental y paisajística a espacios que los están exigiendo a gritos mudos (en Teruel, a cada paso).

Gonzalo Tena Gómez
 Colectivo Sollavientos



No hay comentarios: