Yves Lacoste es un geógrafo radical francés que se hizo
famoso en 1976 al publicar su obra “La Geografía, un arma para la guerra”. Igual
de revolucionaria, aunque en el plano didáctico, fue su “Geografía general”,
que realizó junto con el dibujante Raymond Ghirardi. Los dibujos panorámicos de
Ghirardi y los textos críticos de Lacoste formaron a las generaciones de
geógrafos de los 80’s y 90’s.
En este libro, en las páginas dedicadas a los paisajes
agrarios de plantación (caña de azúcar, café, piña, té, caucho, palma, bananas,
etc), Ghirardi y Lacoste dibujan y describen sus principales características:
1) Son sistemas intensivos insertos en territorios con sistemas de producción tradicionales
muy diferentes. 2) Degradan el medio, al buscar la máxima producción en
detrimento de la sostenibilidad. 3) En el centro de la plantación tienen una
factoría (ingenio, “engenho” en
Brasil…), donde se acumula y prepara la producción antes de ser evacuada. 4)
Tienen líneas de ferrocarril privadas para transportar la producción a los
puertos y mercados. 5) No les importa degradar el medio, porque cuentan con más
territorio disponible. 6) En los alrededores aparecen pequeñas explotaciones en
las que los agricultores locales complementan su producción de autoconsumo con
parcelas dedicadas al cultivo comercial de la plantación, que venden a bajo
precio para aprovechar su sistema de evacuación.
Las tierras de la plantación suelen conseguirse con la
connivencia de los poderes estatales o locales, y a menudo presionando o
expulsando a la población local.
Es extraordinario el paralelismo entre las “plantaciones” de
molinos y éstas plantaciones tropicales: 1) Todos los molinos que quepan en el
territorio que se pueda conseguir. 2) Molinos de máximas dimensiones, aunque se
degrade al máximo el paisaje o se tenga que abrir enormes pistas en la montaña.
3) Una central de transformación eléctrica en el centro de la zona con “plantaciones”
de molinos. 4) Grandes líneas de alta tensión para evacuar la electricidad a
las ciudades. 5) Un vasto territorio con montañas de cumbres planas; si no se
hace aquí, se hará allá. 6) Lo único que todavía no se tiene es la pequeña “ventaja”
de que los productores privados o pequeñas comunidades puedan vender sus
excedentes a través de estos sistemas de evacuación.
En la actual burbuja de “plantaciones de molinos” ya se está
viendo claramente la división entre ciertos poderes y la población local. Pero
siempre hay alguien que acaba preparando el terreno.
El denostado sistema de las plantaciones tropicales, de la
United Fruit Company y similares, que degrada el medio, que expulsa a población
local o cambia sus modos de vida, que explota los recursos sin apenas
compensación… puede ser una realidad en nuestro Teruel interior en pocos años.
Alejandro J. Pérez Cueva
Colectivo Sollavientos
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