Tras la maratoniana jornada sobre centrales eólicas en El
maestrazgo el día 7, tuvo lugar la
presentación de ‘Se ha dicho en Aliaga’ en la simpar gruta subterránea de La
Bodega (quiosco, librería, tienda de productos típicos, bar… de Castellote),
regentada por los encantadores Pili y Pepe, en olor familiar. A destacar la
presencia de Isidro Pérez, natural de Aliga, párroco local y de seis pueblos
más del Maestrazgo circundante, que se mostró muy interesado y participativo.
Como el ponente es maestro, intentó aclarar algunos conceptos (locución, frase
hecha, dicho, refrán) y que la audiencia participara planteándoles cuestiones
sobre las denominaciones y palabras usadas. De paso, homenajeó a sus
antepasados, hablantes de Aliaga, a través de fotos antiguas para reforzar el
ambiente familiar.
Habiendo despedido a Alejandro, que había depositado su
legado gastronómico, nos dirigimos al EANA (Escuela de actividades de la
naturaleza) a despachar la cena de sobaquillo y charrar. Platos estrella: el pollo
guisado y la coca de pisto, gentilezas respectivas de Araceli y de Maite.
Conversación sobre la temática de la jornada y a descansar en unas confortables
habitaciones individuales del centro, destinadas al profesorado acompañante de
los grupos escolares.
El día 8, homenajeando la lucha de las mujeres, amaneció
radiante. Un picapinos nos sirvió de
despertador intermitente. Desayuno y de excursión. Nos acercamos al antiguo
puente de Perogil, sobre el río Bordón o Regatillo, reaparecido al vaciar el
embalse de Santolea, actualmente en obras para erigir una presa central (en
total serán tres, en niveles descendentes), cuyos lodos, vertidos masivamente
han producido un desastre ecológico en el curso del río Guadalope y ahí queda
eso. Javier nos va contando. De allí nos dirigimos a hacer un fragmento del
camino de herradura que va de Los Alagones a Luco de Bordón. El paisaje es
espectacular: el río Bordón encajado y serpenteante entre escarpes rocosos
anaranjados, el camino empinado, ancho, empedrado a tramos, el viejo puente, el
abrigo del ganado en un lugar inverosímil, las ruinas del batán abajo, los
sauces tan apenas brotando en el cauce … Allá arriba aparecen unos pocos
molinos en el horizonte sobre la ermita del Pilar de Luco. Analizamos el
impacto visual. Surge la idea de elaborar una encuesta sobre la percepción de
la gente, si les gustan o les molestan los molinos en los paisajes. De regreso,
en Las Planas, visitamos dos encinas monumentales, la segunda junto a una
curiosa era circular, ideal para situarse en el centro y emprender una
meditación. La bodega Borraz nos atrae y la visitamos sus instalaciones
acompañados por su dueño, Tomás Lombarte. Brindamos por los recientes éxitos y
hacemos acopio de vino. Celebramos nuestra asamblea anual.
La comida, en el Hotel de Castellote, excelente. La
amabilidad de Mariano y familia se hace notar. ¿Cómo pueden ofrecer casi una
docena de primeros platos diferentes? Llega el momento de despedirse y
emprender el viaje de vuelta de cada mochuelo. A esperar la siguiente.
Gonzalo Tena Gómez
Colectivo
Sollavientos
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